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Organizaciones de periodistas para informar

Ernesto Villanueva

En México se ha intentado con mejores deseos que con resultados concretos integrar una asociación de periodistas a nivel nacional, tal y como sucede en diversos países europeos, en Canadá o en Estados Unidos, por citar algunos ejemplos. En otros casos de América Latina existen fórmulas creadas por mandato de ley tales como el Colegio de Periodistas de Costa Rica -donde por mandato de la Corte Interamericana de Derechos Humanos la colegiación no es obligatoria porque atentaría contra el derecho de todas las personas a las libertades informativas que, como derecho fundamental, no es privativo de los periodistas, sino, como ya se dijo, de todo ser humano- o el de Ecuador que tiene más un aspecto testimonial que efectivo.

No hay duda que la organización de los periodistas es importante cuando se hace con fines de superación profesional y no para solicitar canonjías de la autoridad, circunstancia que ha ocurrido en diversos estados de la República Mexicana. Las famosas colonias del periodista fincadas con recursos públicos para congraciarse con el gremio en el pasado reciente es una prueba palmaria de estas prácticas que se apartan del sentido de la ética informativa.

Hay, sin embargo, ejemplos exitosos dignos de imitación que podrían darle un espíritu de organicidad al trabajo periodístico cuyo objetivo primario es coadyuvar a satisfacer un derecho fundamental: el derecho a saber del público.

Es el caso del Bundespressekonferenz e.V. alemán; es decir, una especie de club o conferencia de prensa federal, pero organizado con absoluta independencia del poder público como una asociación civil que tiene como propósito crear un mercado de información sobre el gobierno y el parlamento en su aspecto federal. Por supuesto que en México se podría decir que eso significaría algo así como uniformar las noticias y mutilar el sentido de competencia y competitividad que debe tener cada medio informativo. En Alemania no lo creen así los periodistas de este club. Sostienen que la cooperación y la competencia pueden convivir y dan cuenta de sus ventajas que residen en el hecho de que los medios de comunicación deben ser un espacio de control de la vida pública y de todo aquello que tenga interés público (es decir, de toda actividad que permita ejercer un derecho, cumplir con una obligación o permita tomar elementos de decisión en cuestiones de trascendencia individual) pero hecho con credibilidad y principios éticos. El club funciona para organizar conferencias de prensa, en donde están inscritos y pagan sus cuotas de membresía alrededor de 900 periodistas de nacionalidad alemana o extranjera, siempre y cuando sean corresponsales extranjeros. Se dan cita en esta organización periodistas de los distintos medios de comunicación, desde los más importantes hasta los estatales o municipales.

El modelo es interesante, particularmente porque funciona al contrario de lo que hasta ahora ha sucedido generalmente en México. Veamos...

Primero. La capacidad de convocatoria del club permite que éste invite a las conferencias de prensa -a donde acuden servidores públicos de primer nivel, legisladores, dirigentes de organizaciones ciudadanas y líderes de opinión pública- y marque la agenda de lo que se va a discutir y todos los asociados tienen derecho a preguntar y el invitado el deber responder (salvo que excepcionalmente se pacte alguna información fuera de libreta; es decir, que no puede citarse expresamente la fuente por alguna razón como nivel dos y nivel tres que significa que determinada información sólo es para contexto y se pacta no citar ni la información ni a la fuente). En México, por el contrario, la conferencia de prensa es organizada por la fuente de información para anunciar lo que quiere que se sepa y no necesariamente lo que el público desea saber.

Segundo. El gobierno tiene vedado convocar al club. Éste decide lo que es con total independencia con quién y cuándo se organiza una conferencia que, por lo demás, representa un foro de amplísimo impacto mediático para el invitado porque no sólo asiste lo que se denomina la fuente o un grupo selecto de medios informativos y/o periodistas, sino todos los miembros del club, lo que democratiza el uso de la información y además permite confirmar o contrastar investigaciones informativas que cada medio lleve en curso.

Tercero. El club tiene como regla el uso del tiempo, de suerte que los invitados deben permanecer todo el tiempo y responder todas las preguntas de cualquier tema hasta que se haya agotado la sesión, que puede durar desde 30 minutos a varias horas según la temática y la circunstancia. De este modo, el derecho de pregunta periodística sin límite que ha establecido el club logra eliminar la posibilidad de que ser invitado al club se convierta en un foro de propaganda del gobierno o de cualquier organización. El conocimiento de otras fórmulas de hacer periodismo constituye un referente para ser tomado en cuenta y reproducido siempre y cuando las circunstancias lo permitan. En todo caso, prácticas como la del club alemán incentivan el derecho a conocer de las personas que es el sentido y razón del periodismo.

Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM evillanueva99@yahoo.com

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