SUN-AEE
MÉXICO, DF.- Empezaron el juego a las 12:10 horas, pero ni por error se trató de un partido de futbol, si acaso se acercó a una parodia político-deportiva, en donde hubo trampa, marrullería y engaños.
Fue el publicitado encuentro futbolístico de “las fuerzas oscuras” que buscan el desafuero de Andrés Manuel López Obrador, en contra de “las fuerzas democráticas” que apoyan al jefe de Gobierno.
Por supuesto que los democráticos, engalanados con uniformes amarillo y blanco, llevaban pomposos nombres como amor, respeto, paz, derechos humanos, libertad, derechos sociales y soberanía.
En el otro bando, vestidos con playeras negras y enmascarados, había jugadores que representaban a Vicente y a Martita, al jefe Diego, al innombrable, “El Hombrecito Santiago”, Ahumada Kurtz, Serrano Limón, Döring y la maestra Elba Esther.
Un total de 30 minutos duró “el partido” de futbol que tuvo como escenario la plancha del Zócalo capitalino, en donde el marcador final tuvo diferentes registros; algunos decían que “las fuerzas democráticas” ganaron 22 a 7, otros alegaban que el registro oficial era de 10 a 5.
Por supuesto que “las fuerzas Oscuras” no ganarían este encuentro, era una derrota anunciada, pues “los oscuros” llegaron desordenados sin espíritu de equipo, cada quién en lo suyo, a pesar de la dirección técnica que trataba de imponer el innombrable (Carlos Salinas).
Vicente y Martita ocuparon la portería siempre tomados de la mano y en ocasiones distraidos con un beso; la pareja casi siempre estuvo dedicada a saludar al público y por eso dejaron pasar muchos goles.
La goliza se veía venir pues “las fuerzas democráticas” habían anotado ocho goles en el primer tiempo, aunque para reducir al marcador, “las fuerzas oscuras” utilizaron la trampa para tratar de empatar.
Así, Serrano Limón mandaba pases con la mano a Ahumada Kurtz, quien convertía el juego en una combinación de basquetbol, futbol americano y voleibol.
Con estas estrategias, el dueño de Quart lograría la primera anotación, lanzarla al arco contrario con un estilo que más bien parecía el de un basquetbolista lanzando el balón al aro y no a la portería.
Muchas jugadas así se repitieron por parte de “los oscuros” encabezados en algunas ocasiones por Serrano Limón que nunca soltó de la mano un par de tangas que había comprado con el dinero de la Lotería.
El árbitro expulsó al portero de “los democráticos” y a pesar de la ayudadita que ofreció al enemigo, no logró que éstos remontaran el marcador un solo momento del partido.
Como en un verdadero graderío, había venta de cacahuates, raspados y refrescos para el público; por supuesto que no estuvieron ausentes las porras, como aquella que más sonó: “Martita, ratita, regresa la lanita”, aunque la primera esposa no hacía caso y arengando a la concurrencia besaba una foto de doña Laura, la ex directora de la Lotería.