Lisboa, (EFE).- Cerca de 300 personas celebraron una "Cena de los 13", con la que pretendían, una vez más, "exortizar" el miedo y el mal agüero.
El organizador del evento, Dogoberto Cabrita de Campos, mago, ilusionista, hipnotizador, faquir y escritor, consideraba que esta cena ayudaría a "eliminar los miedos, en un país muy supersticioso".
"Cuanto más religioso es un país, más supersticiones tienen sus habitantes, porque los paradigmas de fe de la religión fomentan los miedos a lo desconocido", declaró a EFE Dogoberto, más conocido como el Profesor Herrero.
Los invitados a la cena, todos vestidos de negro y con elementos decorativos propios del caso, como sapos, gatos negros, murciélagos y búhos, estuvieron sentados en mesas de 13 comensales.
Esta es, en opinión, del Profesor Herrero una de las principales supersticiones de los portugueses, que "si se encuentran en una mesa con ese número de personas, inmediatamente buscan a alguien para sumarse a la comida y así deshacer el mal agüero".
Tras pasar por debajo de una escalera, los invitados entraron en una sala con una decoración muy especial, con manteles con cruces negras, un ataúd con cadáver incluido, cubiertos cruzados, copas tumbadas, sal derramada, figuras de fantasmas y brujas, y todo ello de un apropiado y riguroso negro.
Durante la celebración de la "Cena de los 13" nada de apretones de manos o besos en las mejillas, los participantes se saludaron haciendo la marca de la cruz, tal y como si estuvieran rezando en una iglesia.
El Profesor Herrero avisó a EFE de lo especial del menú: "cabrito negro con cuernos", "camarón embrujado", "empanados con baba de sapo", "churrasco de pollo a la Belcebú".
Los nombres son un tanto especiales y poco apetitosos, aunque el Profesor Herrero promete que son delicias culinarias, que estarán acompañadas de vino tinto y blanco, a los que califica como "sangre de Drácula" y "brebaje de murciélago".
Los postres tienen unos nombres igual de atractivos al paladar ya que serán postres regados con "orina de chivo negro" y, para finalizar, "café a la encrucijada".
Lo más normal de la "Cena de los 13" fueron los invitados, entre los que se encuentran gente normal y corriente, que tiene profesiones tan mundanas como profesores, abogados, amas de casa o médicos, que por un día se transformaron en brujos, sepultureros o fantasmas.
El origen del temor por el viernes 13 es muy antiguo y variado, algunos lo sitúan a la unión de dos días poco "positivos": el viernes fue el día en el que Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso y el 13 es el número de comensales de la Ultima Cena.
Otros supersticiones se remontan a la Edad Media, cuando el rey Felipe IV de Francia mandó que un viernes 13 fueran detenidos y acusados de herejía todos los miembros de la orden del Temple.
Esta orden supuso fue considerada por muchos habitantes de la Francia medieval una terrible noticia, por lo que señalaron ese día como día de infortunios.
Las supersticiones son un "lastre" en la vida de las personas, "que incluso viven menos por su causa, ya que una Universidad de EU ha demostrado que en los 'viernes 13' las personas que creen en este tipo de cosas están más nerviosos de lo normal y son más propensos ha sufrir accidentes", explicó a EFE el Profesor Herrero.
El organizador del evento solo considera "buenas las supersticiones positivas, relacionadas con objetos, tales como las herraduras, porque aportan una visión positiva de la vida".
Sin embargo, en la pasada Eurocopa de futbol se "demostró que no tienen mucha utilidad, cuando el ex primer ministro luso José Manuel Barroso optó por vestir la misma corbata durante los partidos de la selección lusa porque creía que daba suerte, pero en la final quedó claro que no tenía ninguna influencia en el resultado, cuando Portugal perdió con Grecia", dijo.
"La Cena de los 13" pretende llevar este mensaje desmitificador a la gente que aún cree en las supersticiones, que según el Profesor Herrero "está de más en la vida de las personas" y ahuyentar todo tipo de mal fario, "por si acaso".