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SAN JUAN, PUERTO RICO.- Bajo cuidado médicos a raíz del problema linfático en su pierna, el afamado actor puertorriqueño Osvaldo Ríos reiteró que rechaza la cárcel como sentencia en el caso de violencia doméstica y pidió ser remitido a un programa de ayuda.
"Entiendo que no merezco cárcel, por ser primer ofensor (...) no merezco ni más ni menos que cualquier ciudadano que cometa su primera falta", aseguró el artista, en declaraciones a un programa televisivo y reproducidas este jueves por el diario local primera hora.
Ríos, quien se recupera de una severa inflamación en su pierna izquierda a raíz de un problema linfático que le afecta, admitió necesitar ayuda, más no aceptó haber agredido a Daisy Annette Santiago en 1996 durante un altercado suscitado en Isla Verde. "Una cosa es entender que necesito ayuda porque todos pasamos por manejo de situaciones bajo estrés, depresión y agresión y otra es admitir los acontecimientos por los que fui acusado", dijo Ríos.
El galán de telenovelas, recluido en el área Cardiovascular de Centro Médico en la localidad de Río Piedras, hizo referencia a un hecho de violencia declarado por Santiago, en el que ella asegura que el actor le propinó de cinco a diez veces golpes con su cabeza.
Sobre la pena de un año y medio de cárcel que podría enfrentar, Ríos manifestó que no tenía miedo y en caso de ser esa la determinación del juez, la enfrentaría como "un guerrero valiente".
El protagonista de La Viuda de Blanco explicó cómo inició su condición de linfangitis crónica, cuando siendo un niño de siete u ocho años un maestro lo quemó sin querer con un cigarrillo en la pantorrilla izquierda y comenzaron sus problemas de circulación.
Su padecimiento se activó de nuevo cuando el actor, quien sería trasladado de una cárcel de la ciudad estadounidense de Miami a Puerto Rico, permaneció con grilletes por alrededor de diez horas.
De acuerdo con Ríos, cuando un oficial de Miami le puso los grilletes se los ajustó demasiado y cuando intentaron aflojarlos se rompió la llave, por lo que sus abogados solicitaron que a su arribo el viernes a este país fuera atendido por su médico Iván González.
