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Madrid, España.- El cineasta neoyorquino Woody Allen y su grupo de jazz clásico New Orleans Jazz Band cautivaron a más de dos mil espectadores madrileños que lo aclamaron en el primer espectáculo de una gira por cuatro ciudades españolas.
Con un repertorio de jazz clásico de la estadounidense ciudad que da nombre al grupo, Allen respondió la noche del domingo con el clarinete a la emoción del público hispano con un ?encore? de más de cinco piezas que se añadieron a los 90 minutos del programa original.
El verano pasado Allen interrumpió sus conciertos en el país ibérico por dedicarse al rodaje de Melinda, Melinda, su cinta más reciente, pero prometió reprogramarla antes de terminar el año.
Nacido en Brooklyn, Nueva York, Allen se desenvuelve bien en Europa, en especial entre el público español, que no solo abarrotó el auditorio municipal madrileño, sino que agotó en 24 horas las localidades para los conciertos de Guadalajara, Bilbao y Barcelona.
El Premio Príncipe de Asturias, director de cine, guionista y actor, cuyo verdadero nombre es Allen Stewart Konigsberg, se presentó en su personaje de clarinetista.
Estuvo acompañado de Simon Wettenball (trompeta), Jerry Zigmont (trombón), Cynthia Sayer (piano), Hendi Davis (bajo), Conald Fowlkes (contrabajo) y Ron García (batería).
Es conocida la afición de Allen al jazz, primero comenzó con el saxo soprano, a los 13 años, de forma autodidacta, pero después cambió al clarinete gracias a que tuvo como maestro al clarinetista Gene Sedri.
Ver tocar a Allen con su banda de seis excelentes músicos arroja una sensación extraña como resultado de la combinación del personaje, el género musical y las expectativas de esa combinación.
Aunque en la capital española existen tres o cuatro sitios por los que desfilan jazzistas cotidianamente y tienen un buen número de seguidores, el jazz clásico de Nueva Orleans, el jazz de banda, el jazz callejero, no suele tener un amplio número de seguidores.
Pero Woody Allen llena, tiene convocatoria, el público asiste a verlo, quizá más que a escucharlo como suele señalar el propio Allen en esas frases rápidas y lapidarias que le caracterizan y que no escatima hasta para referirse a sí mismo.
Durante la actuación se pasa de la emoción de verlo, escucharlo saludar en inglés, aplaudir cuando se identifican los acordes de su clarinete, a la compenetración paulatina del virtuosismo de cada uno de sus músicos, por una euforia creciente que termina en aclamación.
El cineasta neoyorquino se considera un ?amateur? del jazz, pero cumplió 30 años actuando con su banda, tiene varios discos grabados que se venden bien y ha musicalizado alguna de sus películas como Suite and Low Down.
Allen, quien recibió en septiembre el Premio Donostia del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, ofrecerá su segundo concierto este lunes en Guadalajara (Castilla La Mancha) que servirá de marco inaugural a las actividades del IV Centenario del Quijote.
Posteriormente actuará en el Auditorio de Barcelona, el martes 28, y en Bilbao el miércoles 29 de diciembre.
Woody Allen y su New Orleans Jazz Band cerrarán sus actuaciones de este año al presentarse el próximo 31 de diciembre en el Casino Estoril, de Portugal.
Allen no es el único cineasta que incursiona como músico, a mediados de enero próximo, el serbio Emir Kusturica ofrecerá en Madrid un concierto con su Non Smoking Band, un mes antes de actuar en México.
