Destino
Amor mío, mi vida, qué ironía,
tenerme que alejar de tu camino;
ahora que más te amo cada día,
nos aparta la mano del destino.
Tú no sabes mi cielo ¡te amo tanto,
que por verte feliz, todo lo diera,
para calmar tu sed, daría mi llanto,
para saciar tu amor mi vida entera.
Cuando estoy junto a ti, bien de mi vida,
me contagias tu amor y tu optimismo,
y estando entre tus brazos escondida,
no le temo ni al rayo ni al abismo.
Algo emana de ti que me subyuga,
y me hace a ti rendir mi vida entera;
y pido a Dios que en su bondad le pluga,
amarte siempre así hasta que muera.