22 de enero de 2004.
México, (EFE).- El Gobierno de México considera que concretar un pacto migratorio con EU es un proceso irreversible, al que nadie se puede ya oponer porque hay razones económicas y demográficas que benefician a las dos partes.
Así lo expresó el subsecretario para América del Norte de la Cancillería, Gerónimo Gutiérrez, ante expertos en la materia durante un Foro organizado por el Colegio de México (Colmex) que analizó "la naturaleza, viabilidad y pertinencia" de la propuesta migratoria de George W. Bush.
Según el alto funcionario, con el plan de la Casa Blanca en la mesa, México está ante "su oportunidad más importante (...) dentro de su compleja relación bilateral" con ese país.
La posibilidad de dirimir un asunto "prioritario y estructural" de la relación bilateral se ha convertido en una cuestión recurrente en el debate político, añadió el Subsecretario.
Se estima que la política migratoria de Bush afecta a casi 5 millones de indocumentados de forma directa e indirectamente a 15,9 millones de méxico-americanos.
"Yo diría que en los últimos tres años se ha logrado un posicionamiento sin precedentes en el tema migratorio entre ambos países que difícilmente es reversible", indicó Gutiérrez.
No obstante, el representante de la Cancillería coincidió con otros expertos en que la oferta de Bush, lanzada en un año electoral, presenta aún numerosos puntos oscuros.
El presidente del Colegio de la Frontera Norte (Colef), Jorge Santibañez, dijo a EFE que el plan ni siquiera se le puede llamar "propuesta" pues no se ha presentado y apenas se envió al Congreso estadounidense.
Según Santibañez, si "la iniciativa" avanza, México tiene "suficiente tiempo para aterrizarla" porque tardará al menos dos o tres años en concretarse.
El experto cree que además de los presidentes Fox y Bush, hay actores nuevos como los ministros de Trabajo y Desarrollo Social que deberían imbuirse en las negociaciones sobre emigración, una actividad que, sin reglas, está capitalizada por "polleros" (traficantes de personas) sin escrúpulos.
El anfitrión del foro y presidente del Colegio de México, Andrés Lira, expresó que el proceso es muy complejo y, dirigido al empleo temporal, excluye a millones de mexicanos que ya residen en EU indocumentados, quienes no se arriesgarán a ser repatriados, lo cual no aportará soluciones de fondo.
Por su parte, la secretaria general del Consejo Nacional de Población (Conapo), Elena Zúñiga, recordó que el flujo anual de emigrantes hacia EU ha pasado de 235.000 en promedio anual en los años 80 hasta 390.000 anuales entre 2000-2003.
Recordó que la emigración de mexicanos a EU "es en esencia un fenómeno laboral" propiciado por una demanda económica real en el vecino país, por las disparidades salariales entre los dos países, y por la insuficiente capacidad de la economía mexicana para absorber el excedente de trabajadores mexicanos, esencialmente jóvenes.
La emigración temporal indocumentada ha pasado de representar el 48 por ciento en 1993-1997 hasta el 75 por ciento en 2001-2003, y se ha hecho más larga al prolongarse 12,2 meses actualmente, por encima de los 5,5 meses de hace diez años, indicó.
La magnitud de los flujos migratorios al norte han hecho que los mexicanos representen el 4,4 por ciento de la población económicamente activa de EU y que obtengan ingresos medios de 22.000 dólares pero sin competir con la mano de obra nativa.
Sin embargo, el porcentaje de naturalización de los mexicanos es, con un 20 por ciento, el menor entre las minorías que han emigrado a ese país.
Para el investigador del Colmex Gustavo Verduzco, nadie se dio cuenta en las últimas dos décadas de la magnitud de los flujos migratorios hacia EU, un fenómeno que no tiene parangón en ningún otro país.
El experto cree que sólo en El Salvador hay una situación parecida, que entre México y EU se camina hacia un proceso de integración pero que ninguno de estos países ha logrado crear las instituciones que sustenten este proceso.