Las autoridades informaron que de manera oficial se debe desmentir dicha versión para evitar dar la impresión de que ha cedido ante el chantaje de los captores.
29 de septiembre 2004.
París, (EFE).- El Gobierno italiano pagó un rescate para obtener la liberación de Simona Pari y Simona Torretta, que fueron puestas ayer en libertad por sus captores en Irak, dijo hoy el presidente de la comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de diputados italiana, Gustavo Selva.
"El Gobierno ha desmentido, pero es un desmentido oficial que entra en las obligaciones de un Gobierno para no dar la impresión de que ha cedido al rescate", declaró Selva a la emisora "RTL".
Selva reconoció que "en principio no se debe ceder a los rescates, pero esta vez se ha debido ceder", ya que "lo más importante era la vida de las dos chicas".
"Se ha debido ceder aunque eso abra una vía peligrosa, ya que evidentemente ya sea por razones políticas o crapulosas, podría dar ideas a otros de tomar rehenes para ingresar dinero", señaló.
Las "dos Simonas", como se las llama en Italia, llegaron anoche a Roma pocas horas después de haber sido liberadas por sus captores que las retuvieron durante tres semanas.
Las dos habían sido secuestradas el pasado 7 de septiembre en el local que en Bagdad tiene la ONG "Un ponte per...", para la que ambas colaboran.
Recibieron buen trato
Simona Torretta y Simona Pari, las dos voluntarias italianas secuestradas durante tres semanas en Irak y liberadas ayer, martes, nunca vieron el rostro de sus captores, quienes siempre las trataron de manera correcta.
Este es uno de los comentarios que fuentes judiciales han hecho como resumen de la declaración que las dos voluntarias realizaron anoche a los magistrados de Roma que instruyen el sumario sobre su secuestro, ocurrido el pasado 7 de septiembre en el local que en Bagdad tiene la ONG "Un ponte per...", para la que ambas colaboran.
Salvo en los últimos días, las dos mujeres siempre tuvieron el rostro cubierto durante su cautiverio, que se desarrolló en un único recinto.
El relato que han hecho a los magistrados incluye la afirmación de que fueron tratadas con educación y respeto por sus captores, quienes les enseñaron algunos preceptos de la religión islámica y que al final del secuestro les pidieron perdón.
Incluso los secuestradores regalaron a las cooperantes una caja con dulces, la misma con la que Simona Pari aparece en las imágenes transmitidas por la cadena de Qatar Al Yazira y que revelan el momento en que ambas mujeres son entregadas al responsable de la Cruz Roja Italiana, Maurizio Scella, quien las acompañó de regreso a Roma poco después.
El comando que entró en la sede de la ONG el 7 de septiembre estaba integrado por entre diez y quince hombres, cubiertos y bien armados, que carecían de una lista de nombres y fotografías de los voluntarios de "Un ponte per...", por lo que tuvieron que preguntar a todos y al final se llevaron a las dos italianas y a dos colaboradores iraquíes, también liberados ayer.
La declaración de Torretta y Pari ante los magistrados tuvo lugar de madrugada, después de que ambas llegaran al aeropuerto romano de Ciampino, poco antes de la medianoche, para poner fin a un drama que ha tenido en vilo a la sociedad italiana durante tres semanas.
Mientras Pari se desplazaba a su casa de Rimini (este de Italia) adonde llegó avanzada la madrugada, Torretta se trasladó a la suya, en la periferia de Roma, donde atendió brevemente a los periodistas, ante quienes quiso agradecer las muestras de solidaridad de toda el país.
"Ha habido momentos en los que hemos tenido miedo a morir, pero en otros nos reíamos entre nosotras", dijo Torretta, quien agregó que los secuestradores comprendieron el trabajo humanitario que realizaban en Bagdad "y desde ese momento nuestra relación mejoró. Es gente que nos ha tratado con respeto y dignidad".
La fe y la "fuerza interior" ha ayudado a las dos mujeres, de veintinueve años, a superar el efecto de su cautiverio, reveló Torretta, quien avanzó que aunque es pronto para hablar de su futuro, probablemente volverá a Irak.
"Lo haría de nuevo, con todas las consecuencias, aunque lamento el sufrimiento que ha pasado mi madre, que no se lo merece, pero forma parte de la vida", afirmó antes de retirarse a descansar.