Londres, (EFE).- Los padres que padecen un tipo de cáncer de colon hereditario y particularmente agresivo tendrán en adelante derecho en el Reino Unido a seleccionar embriones libres de genes que podrían desencadenar la enfermedad en su descendencia.
Los científicos del University College de Londres han recibido por primera vez permiso para estudiar la presencia en los embriones de un gen que provoca la poliposis adenomatosa familiar (PAF).
Si el hombre o la mujer tiene un gen de este tipo, hay un cincuenta por ciento de posibilidades de que lo hereden sus hijos, según estadísticas médicas.
Ese gen puede dar lugar al desarrollo de cáncer del colon o del intestino recto aunque por lo general no hasta los veinte años de edad.
Los embriones creados mediante fertilización en probeta pueden ser examinados con un procedimiento de diagnostico genético previo a la implantación en el útero.
Gracias al permiso de la Oficina de Embriología y Fertilización Humana del Reino Unido, una vez seleccionados los embriones, sólo se implantarán los que demuestren estar libres de ese gen hereditario.
Esa técnica se venía ya utilizando para otros tipos de desórdenes incurables como la fibrosis cística o la enfermedad de Hungtington.
Sin embargo, es la primera vez, según se cree, que se emplea para prevenir una enfermedad que no afectará a la persona hasta su juventud como muy pronto.
Una de las parejas que han obtenido autorización para que los científicos examinen sus embriones expresó al diario "The Times", que publica la noticia, su satisfacción al respecto.
"Estamos muy contentos de que se nos haya ofrecido esta oportunidad, no sólo para asegurar en la medida de lo posible que nuestros hijos no heredan ese gen, sino que tampoco lo transmiten a sus descendientes", declararon.
La decisión de las autoridades sanitarias británicas echará leña al fuego de la polémica en torno a lo que aquí se conocen ya como "bebés de diseño".
De hecho sienta un precedente que permitirá a los doctores seleccionar los embriones según criterios mucho más permisivos que hasta el momento.
Ese tipo de pruebas pueden erradicar potencialmente determinadas enfermedades y permitir a los padres tener una descendencia más sana, pero existe el peligro de abusos, lo que plantea un dilema moral.
De hecho, la poliposis adenomatosa familiar no se desarrolla normalmente antes de los veinte años de edad y puede no aparecer hasta los cuarenta, y el riesgo puede además reducirse mediante la aplicación de métodos quirúrgicos.
Por ello, los críticos de la decisión argumentan que de esa forma se niega el derecho a la vida a embriones que tal vez no enfermarían hasta muchos años más tarde en el peor de los casos.
Todavía más discutible sería su empleo para prevenir la posibilidad de transmitir de madres a hijas el cáncer de mama: algunos genes aumentan el riesgo de contraer esa enfermedad hasta un 80 por ciento, pero no siempre provocan la enfermedad, señala "The Times".