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SANTO DOMINGO, REP. DOM.- Sobrevivientes del naufragio en el que murieron cerca de medio centenar de inmigrantes dominicanos dijeron que comieron carne humana y bebieron sangre en un desesperado intento por preservar la vida, reveló ayer un diario local.
“Tuvieron que comer carne de los que morían, ingerir su sangre y amamantarnos de una joven mujer recién parida que terminó muriendo y su cuerpo fue arrojado al agua”, narró Dulce Aquino, confirmando la versión el resto de sus compañeros de travesía, dijo el diario Hoy.
“También nos alimentamos de pececillos vivos, algas y saciando la sed en ocasiones de un líquido que sacaban de un palo de la embarcación color verde”, agregó Juana Santos, quien está internada en el hospital público de Nagua, 186 kilómetros al noreste de la capital dominicana, junto a otros sobrevivientes.
Sin embargo, otras personas que salvaron la vida niegan la versión de que ingirieron carne humana y aseguran que todos coincidieron en no llegar a tales extremos. “Si vamos a morir, moriremos todos”, habrían jurado los miembros del grupo, según otros testimonios.
Las autoridades dominicanas estudiaban ayer abandonar la búsqueda de más de 40 desaparecidos a causa del naufragio de la frágil embarcación en la que el grupo de 79 indocumentados salió el 29 de julio con destino a Puerto Rico.
La Marina de Guerra y un equipo de rescate de la Defensa Civil informaron que el miércoles fue rastreada una amplia zona de la costa este de la República Dominicana sin ningún resultado.
Sobrevivientes de la tragedia dan por muertos a sus compatriotas y narran que muchos murieron deshidratados y otros se lanzaron desesperados al mar.
Los dominicanos, que al parecer pagaron 400 dólares por persona para hacer el viaje, salieron desde una playa de la costa este del país con destino a Puerto Rico, pero a la embarcación se le averió el motor cerca del islote de Desecheo, en el Mar Caribe, y quedaron a la deriva.
Los sobrevivientes aseguran que el capitán de la embarcación los abandonó y que subió a otra embarcación de indocumentados que cruzó por el lugar, con la promesa de retornar con combustible y herramientas para reparar el motor averiado. El hombre nunca volvió, dijeron.
No fue sino hasta el martes, 13 días después de zarpar, que pescadores dominicanos avistaron a grupo de 36 sobrevivientes frente a la playa Poza de Bojolo, en Nagua, según la versión oficial.
Seis de los 36 indocumentados rescatados el martes fallecieron de paros cardiacos debido a su estado de deshidratación, indicaron el miércoles fuentes médicas.
Los viajes de indocumentados con destino a Puerto Rico han aumentado en el curso de los tres últimos años a causa del deterioro de los niveles de vida en República Dominicana, afectada por una crisis económica sin precedentes que ha aumentado el desempleo y encarecido el costo de la vida.
