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LA PAZ, BOLIVIA.- La convergencia de cinco marchas de miles de mineros, cocaleros, campesinos y otros sectores en el centro de La Paz con distintas exigencias ocasionó la paralización de esa vital zona de la capital.
En el único incidente de gravedad que se registro, un minero se hizo volar el brazo derecho al intentar aventar un cartucho de dinamita, una expresión de protesta común en las manifestaciones de los trabajadores del subsuelo que, pese al accidente, siguieron haciendo estallar explosivos, causando el temor de los habitantes de la ciudad.
Los manifestantes tenían distintas demandas aunque coincidieron en realizar homenajes por separado a las decenas de muertos en octubre de 2003, producto de una revuelta popular contra un proyecto de exportación de gas, que obligó a la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
Las primeras marchas llegaron al mediodía a la Plaza San Francisco y estuvieron encabezadas por el líder indígena Felipe Quispe, quien purgó cárcel en los 90 por pertenecer a un grupo guerrillero y ahora se postula como candidato a alcalde de la vecina ciudad de El Alto.
Quispe exige la atención del Gobierno a un pliego de 72 pedidos sectoriales de los campesinos, a los que sumó la aceleración del juicio, entre otras acusaciones por genocidio, de Sánchez de Lozada y sus 15 ministros, cuya apertura fue aprobada por el Congreso el jueves pasado. Ahora, la causa debe ser ventilada en la Corte Suprema de Justicia.
Quispe también exigió la nacionalización de los hidrocarburos, pedido similar al que hizo en una marcha que llegó posteriormente, encabezada por el líder de los campesinos cultivadores de hoja de coca, el diputado Evo Morales. Ambos están enfrentados por el control del movimiento indígena-campesino.
Según los dirigentes, la marcha de Quispe congregó a unos cinco mil campesinos, un número similar al que llegó con Morales tras una caminata de 190 kilómetros iniciada el lunes 11.
Pero entre ambos sectores no hubo diálogo, y por el contrario los seguidores de Quispe abuchearon a Morales. ?Evo, traidor?, gritaban los seguidores de Quispe al cocalero a su ingreso a la Plaza San Francisco, en pleno centro de La Paz, donde confluyeron todas las movilizaciones.
Pero la marcha más numerosa fue protagonizada por al menos unos diez mil mineros, según estimaciones de varios medios de comunicación. El dirigente de esos trabajadores, Moisés Torres, dijo que llegaron a La Paz 30 mil mineros. La policía no dio cifras.
Los mineros, a diferencia de Quispe y Morales, centran sus demandas en que el Gobierno les provea de instrumentos legales para reactivar ese sector. Se trata de trabajadores asociados en cooperativas que reclaman créditos y otras concesiones.
En tanto, Morales exigió que en el transcurso de esta semana el Congreso apruebe un proyecto de ley que busca incrementar las regalías que deben pagar las petroleras a un 50 por ciento, y abriría las puertas a la confiscación de los bienes de las transnacionales.
Morales señaló que hoy se reunirá con el director del Congreso para obligar a los legisladores a aprobar ese proyecto de Ley.
?Si no aprueban en esta semana, la próxima semana va a haber bloqueo de caminos. Si hay movilizaciones radicales va a ser por culpa del Parlamento nacional?, advirtió el dirigente.
El también exige que se acelere el juicio a Sánchez de Lozada, quien ayer emitió un comunicado en el que dijo que la democracia boliviana estaba en riesgo por la presión de quienes lo depusieron hace un año, entre quienes ubicado a Morales, por lograr su condena.
El ex presidente, que vive desde su renuncia el 17 de octubre en Washington, sostiene que está dispuesto a ser juzgado pero que no hay garantías para él pues se pretende ?sustituir a la justicia por la política?. También calificó de ?fantasía? versiones que indican que tiene nacionalidad estadounidense.
Morales está enfrentado con el presidente Carlos Mesa por la Ley de hidrocarburos, pues mientras éste ha enviado un proyecto de Ley de ?nacionalización responsable?, que devuelve al Estado los derechos de comercialización del gas y el petróleo, el cocalero quiere la expropiación de los bienes de las petroleras.
Los dirigentes mineros y Morales dijeron, por separado, que las bases que los apoyan harán distintas marchas por el centro de La Paz, cada sector por su lado, reclamando atención a sus demandas.
Al cabo de las movilizaciones, el ministro de Gobierno, Saúl Lara, dijo que ellas habían sido ?pacíficas? y que sólo se tuvo que lamentar el accidente del minero que quedó ?con serias lesiones?.
