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MÉRIDA, YUCATÁN.- El aislamiento social es uno de los resultados más graves en los que se incurre en contra de unas dos millones de parejas que presentan problemas de infertilidad, afirmó la especialista, Claudia Garduño Bucio.
La encargada del Departamento de Psicología del Centro de Ginecología, Obstetricia de Reproducción Asistida Ségoras de esta capital, dijo que la falta de una cultura de la solidaridad e inclusión genera que sociedades como la yucateca discriminen a quienes por alguna causa no pueden tener hijos.
La especialista en psicoinfertilidad y crisis emocional de la pareja señaló que es una cuestión biológica con un fuerte impacto entre las mujeres que incluso las orilla al suicidio.
Indicó que en estas circunstancias la carga emocional para las mujeres es mayor, aun cuando el varón sea la persona que clínicamente está imposibilitado de crear hijos.
En entrevista, señaló que existe una fuerte presión social para las personas que no pueden tener hijos orillándolos a un fuerte estrés que puede derivar en crisis de devaluación de la persona, depresiones o el suicidio.
Este problema, reiteró, se acentúa en las mujeres, a quienes desde la infancia se les inculca que su función social prioritaria es procrear y ante la imposibilidad de ello, muchas mujeres exitosas sufren de desajustes físicos y de personalidad.
Precisó que en el 70 por ciento de los casos, las mujeres asumen la responsabilidad de este problema, ya que los hombres ven afectada su virilidad e incluso cuando se realizan procesos de reproducción asistida, muchas de ellas llegan solas con la muestra del semen de su marido para ser inseminadas.
Expuso que son pocas las parejas que logran superar la falta de hijos y en la mayoría de los casos terminan por separarse o divorciarse, ello también motivado por la excesiva reglamentación que existe en el país para adoptar un menor, con lo que el concepto de familia como se considera en muchos hogares mexicanos se ve afectado.
La también especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México, comentó que por esa razón es necesario que quienes se sujetan a un proceso de reproducción asistida, en especial in vitro, también cuenten con el apoyo de un psicólogo, ya que su ayuda permite en un alto porcentaje que se logre el cultivo del embrión.
Según Garduño Bucio, sólo un 30 o 40 por ciento de las personas que se sujetan a este proceso de reproducción asistida resultan exitosos, y la mayoría se logra gracias a una preparación emocional adecuada.
“Por lo general cuando una persona se sujeta a estas técnicas tiene muchas expectativas, fantasías, miedos y emociones encontradas que pudiera afectar la reproducción asistida”, comentó.
Por ello, el apoyo psicológico permite la revaloración de la mujer, la aceptación de la condición biológica y en caso de disolución del vínculo con la pareja, un más fácil análisis del conflicto emocional entre ambos.
