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Selección de Emilio Herrera M.

Invitación a la lectura

¿Qué es el bushido? -Me preguntan aquéllos que, desde hace largos años, oyen atribuir a esta virtud todos los triunfos japoneses. Y los doctores de Tokio, sonriendo enigmáticamente, contestan que el bushido es todo.

Todo, en efecto, todo en las tradiciones, todo en la historia, todo en la religión, todo en las artes prepara a estos hombres para seguir lo que entre ellos se llama la vía del caballero. Desde las más obscuras teogonías de épocas fabulosas hasta los ejemplos actuales, todo es una lección de heroísmo. Todo habla del sacrificio de la existencia como de un acto natural. ?Que nadie suponga ?dice el antiguo libro de Zinkóciotoki que exponer y perder la vida es acción que merece el menor elogio, sino simple deber de cada uno como de todos?. Y a través de la literatura nacional, este principio aparece uniformemente en los poemas y los dramas, dominando los demás sentimientos. El héroe nipón no conoce la derrota ni la cautividad. Cuando se siente inferior a su adversario, se suicida o pide a un compañero, si no tiene fuerzas materiales para hacerlo por sí mismo, que le abra el vientre.

Aun en los supremos instantes en que no se lucha contra un hombre, sino contra los elementos, el miedo está vedado. En el Tosanikk, obra del Siglo décimo, el gobernador Tsurayúki se ve en la necesidad de emplear un artificio retórico para describir el terror que causa una tormenta en medio del mar y supone que el relato lo hace una mujer. El naufragio parece cosa cierta. El viento enfurecido, rompe las velas y hace crujir las tablas. ?Sin embargo ?dice? los marineros continuaban tranquilos sus labores y cantaban una melopea. Sólo nosotras, las mujeres, no sabíamos reír ante el peligro, que iba amenazándonos más a cada momento?. Pero hasta en la mujer el miedo es raro. Las heroínas que acompañan a sus maridos a la guerra y que en los casos extremos empuñan una lanza o blanden un sable, aparecen en más de un drama histórico. En El Cerezo de Suma, obra muy popular, la joven esposa de Atsumorí pide a voz en cuello que le den un arco o una espada para combatir al lado de los hombres. ¡Y qué decir de la terrible viuda del Shogún Yorimoto, que desde un convento dirige los ejércitos y derrota a los enemigos de su clan! En los dramas más antiguos su figura misteriosa aparece muy a menudo como un símbolo de fuerza y energía. Para asegurar la obra de su marido todos los sacrificios le parecen aceptables y así, viendo que sus hijos son débiles de carácter, los aleja del poder. El mayor de ellos trata de rebelarse. Una mano desconocida lo asesina. El mismo emperador, impotente para luchar contra aquella monja sanguinaria, se resigna a abdicar a favor de uno de sus hermanos. Y esta mujer no es única. Otras hay que pasan por los poemas, lanza en ristre, cantando cantos de guerra. En cuanto a las madres que lejos de llorar la muerte de sus hijos, la celebran como un fausto cuando saben que ha sido heroica, y casi no existe obra en que no las veamos.

El bushido es, pues, el alma heroica.

ESCRITORES DE AMÉRICA. ENRIQUE GÓMEZ CARRILLO. EL JAPÓN HEROICO Y GALANTE. EDITORIAL NOVARO, MÉXICO, S.A. MÉXICO, D.F. PRIMERA EDICIÓN DE COLECCIÓN NOVA?MÉX. 1958.

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