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Parras de fiesta| Se impone la tradición

LUIS GUILLERMO HERNÁNDEZ ARANDA

Los habitantes de Parras celebraron la fiesta de la Vendimia.

PARRAS DE LA FUENTE, COAH.- Adrián tiene 22 años, por este día dejó en el clóset el traje de abogado para vestirse de túnica y huaraches. Su cara es cubierta por una barba postiza y utiliza peluca. Hoy es diez de agosto, Día de San Lorenzo, día de la fiesta de la Vendimia en Parras de la Fuente, por este motivo Adrián adoptó el traje de Baco, el dios del vino.

Cuenta Adrián que su madre está orgullosa de su participación en las fiestas tradicionales del municipio. Su padre no tanto.

—No está muy convencido de verme vestido así.

La primera vez que Adrián recibió la invitación para ser parte activa del festejo, lo dudó.

—Contesté que no estaba loco.

Comenta que no es fácil subirse a un carro alegórico y recorrer toda la ciudad con túnica. Las bromas de los amigos están presentes y en aquella ocasión intimidaban al joven de 22 años, por eso dudaba. Ahora es distinto, por ese motivo platica con emoción sobre su papel.

—Soy el dios Baco, el dios que de alguna forma invita a toda la comunidad a ser parte de la fiesta. Con el vino Baco ayuda a alegrar las fiestas de nuestra ciudad.

El joven abogado dice sentir un gran amor por Parras, por este motivo “es lo máximo poder colaborar en las tradiciones de un pueblo que tanto quieres. Además ¡qué padre ser el dios del vino, el dios de la alegría y hacer las bacanales!”.

Cada diez de agosto Parras de la Fuente se paraliza, este año no es la excepción. El edificio que alberga la presidencia municipal luce vacío. Únicamente está el intendente, quien desconoce los horarios de las diferentes actividades, por eso únicamente se limita a informar que no está el Alcalde, tampoco ningún otro funcionario.

La Casa Madero, sede de la Vendimia, aloja al grueso de la población. Muchos llegan al parejo de los carros alegóricos, son las doce horas y el desfile por la ciudad está a punto de finalizar. Afuera de la vinícola, dedicada durante cinco siglos al cultivo de uvas para la producción de vinos, los ambulantes ofrecen su mercancía. Sobre la carretera a Parras es posible comer gorditas, huaraches, tostadas y si el gusto es más refinado, también hay órdenes de carne asada. La fiesta en Parras ha comenzado y en los jardines de Casa Madero conviven ricos y pobres, los estratos sociales son condenados al olvido. Niños y adultos comen uvas mientras algunos extranjeros no dejan de tomar fotografías.

Una celebración antigua

El desfile de carros alegóricos es lento. Una banda de guerra abre paso al carruaje del dios Baco que bebe una enorme copa de vino y saluda a la población. Un poco más atrás los matachines danzan, los residentes de Parras viven una fiesta más, para algunos jóvenes de cabello rubio que portan mochilas y hablan inglés todo es nuevo y sorprendente. El folclor mexicano los enamora. No dudan en buscar el mejor ángulo para capturar con su cámara la mejor toma, otros más modernos toman video del acontecimiento.

En 1626 don Lorenzo García institucionalizó la vendimia en Parras. Cuenta la historia que apenas 73 años después de que Hernán Cortés conquistó a los aztecas, Don Lorenzo García exploró el norte de México, descubriendo en medio del desierto un oasis con manantiales de agua y abundancia de viñas nativas. El lugar fue llamado Santa María de las Parras. Así fue el origen de la empresa vitivinícola más antigua del Continente Americano.

Desde aquellos días la fiesta tenía un hondo matiz cristiano, con el objetivo de que los viñedos contarán con protección divina. Hoy en plena era de la Internet aún se elevan Padres Nuestros y se pide con fervor a Dios para que conceda una buena cosecha.

“Vamos a bendecir los frutos de la tierra. Señor, nuestro sentimiento religioso nos mueve a reconocer la huella de tu presencia en todos los acontecimientos”, dice el padre Tomás Ortiz, a través del micrófono, mientras la población abre paso al dios Baco y a las jóvenes que representan a las vendimiadoras para que suban a la entrada de la iglesia. Tras ellos unos jóvenes con el torso desnudo cargan una enorme barrica, mientras las mujeres llevan los canastos llenos de uvas.

Tras un colectivo Padre Nuestro que marca el fin del rito cristiano, las mujeres una a una van depositando el producto de los campos de cultivo en la barrica. Primero los hombres de torso desnudo al ritmo de una música étnica bailan descalzos dentro de la barrica, pisando así las uvas. Después el dios Baco hace lo mismo para dejar su lugar a niños y adultos que no dudan en quitarse los zapatos y calcetines para sentir las uvas en los pies. Recreando así el método más primitivo para obtener su jugo.

Mientras tanto las mujeres avientan racimos a la gente, todos se “pelean” por llevarse el fruto de la vid a la boca.

El significado

El párroco de la iglesia de Casa Madero, Tomás Ortiz, no puede ocultar la alegría que le provoca ver a tanta gente participando de la Vendimia. Mucho menos que el Padre Nuestro sea rezado por tantas voces al unísono.

Explica que la fiesta celebra el levantamiento de la cosecha para iniciar la elaboración de los vinos. En su parte religiosa se agradece a Dios por los frutos de la tierra, en su parte pagana la alegría se hace presente por compartir los logros con todos aquellos que participaron en el proceso de cultivo.

—En este día todos los pobladores del municipio comparten el gozo, la comida, el vino, la música, aquí se hacen amigos.

—Hoy es martes, padre, pero la actividad del municipio se detiene.

—¡Ah sí! Cuando la fiesta es en domingo la cantidad de gente que viene se multiplica, es un gran acontecimiento el levantar la cosecha.

La fiesta de la Vendimia en Parras es de fama mundial, así que a los residentes no les causa extrañeza la presencia de extranjeros, finalmente ya están acostumbrados.

—La historia es conocida en muchas partes del mundo, dice Fransua Ruche, quien nació en Francia y actualmente vive en Monterrey.

El español de Fransua es casi perfecto. En su viaje a Parras es acompañado por su esposa, que no deja de tomar fotografías y su pequeño bebé. Desde hace mucho tiempo tenía ganas de venir a la Vendimia de Parras, “es que es mundialmente conocida”, pero hasta ahora pudo hacerlo.

—La fiesta está muy bien. Tenemos poco de haber llegado, queremos estar presentes en todas las actividades.

Su esposa confiesa tener grandes deseos de presenciar la tradicional carrera de caballos, la cual inicia alrededor de las 15:00 horas. Las manecillas del reloj apenas marcan 30 minutos después de la una. El matrimonio francés tiene tiempo de ir al centro para comer algo.

Una responsabilidad

Poco a poco la gente abandona la Casa Madero para cruzar la carretera y subir al cerro, en busca del mejor lugar y presenciar así las carreras de caballos. La mayoría de los jóvenes llevan en la mano una cerveza, otros vasos de vino. Finalmente la población rinde homenaje a Baco ante la complacencia de las autoridades.

Algunos más precavidos en compañía de su familia preparan carne asada, otros apenas comienzan a prender fogatas. El ambiente poco a poco va subiendo y el alcohol en algunos ya hace estragos, afortunadamente la fiesta no se torna violenta, por el contrario todo transcurre en un ambiente seguro donde los niños juegan y los padres platican de diferentes temas mientras los jinetes se preparan.

La próxima semana Adrián volverá a utilizar su traje de abogado, guardará la barba y la túnica del dios Baco, esperando tener la oportunidad de volver a representarlo, porque para él es una gran responsabilidad.

—Actualmente los jóvenes somos los custodios de nuestras tradiciones, porque si nosotros no tomamos la responsabilidad dentro de nuestra comunidad nadie lo va hacer. Llega un momento en que los adultos ya no pueden organizar estas fiestas, entonces los jóvenes somos los encargados de que esto persista.

Adrián confiesa sentir gran alegría al ver tanta gente reunida, sobre todo por la gran participación de los jóvenes en la organización.

Desde niño Adrián era un asiduo asistente a la Vendimia, sus padres le inculcaron el gusto por las tradiciones.

—Así que es su culpa que yo esté aquí, dice entre risas.

Adrián se despide, debe cumplir con más actividades del dios Baco. Deidad a la que confiesa de vez en cuando venerar.

—Después de todo debo compenetrarme con el personaje.

ORIGEN HISTÓRICO

Las fiestas de la Vendimia son muy viejas. Comenzaron en honor de Sodoma, personaje divino que creó la bebida que ingerían las deidades hindúes. Algunos antecedentes históricos son los siguientes:

*Grecia, fuente de cultura entre oriente y occidente asimiló esta tradición y personificó en Dionisio al dios de la alegría. Homero fue quien primero cantó a sus atributos y quien instituyó los ritos de las fiestas, las que, andando el tiempo, fueron de gran importancia en la vida Helénica.

* Los romanos personificaron en Baco al dios del vino y bacanales fue el nombre que recibieron sus fiestas, mismas que en el siglo IV de nuestra era dejaron de tener un sentido religioso para convertirse en profanas orgías.

*El cristianismo suprimió el carácter pagano de las Fiestas de la Vendimia y, aunque no pudo borrarse del todo, sí se les imprimió un nuevo sentido religioso y místico muy a tono con la transmutación que sufre el vino para convertirse en la Sangre de Cristo.

*La Fiesta llegó a ser titular de corporaciones y gremios, algunos de los cuales todavía subsisten en Holanda, Francia, Italia y España. Bajo su influencia llego la Fiesta de la Vendimia a playas Americanas. De su paganismo quedaron, tan sólo, las músicas de pueblo, las danzas en los viñedos, la corona de uvas en las sienes de la reina y las coplas de los trovadores.

FUENTE: http://www.geocities.com/heartland/woods/4620/

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