Debido al granizo, habitantes de Villa Nazareno pensaron que los techos de sus casas se iban a volar
EL SIGLO DE TORREÓN
VILLA NAZARENO, DGO.- En unas horas los habitantes de Villa Nazareno pasaron del llanto a la risa nerviosa, de los rezos a las anécdotas: el granizo era tan grande y fuerte que rompió los vidrios, la camioneta del vecino se descompuso, los trabajadores de la maquila tuvieron el día libre porque no hay luz, ahora qué harán los campesinos: los cultivos se echaron a perder.
Y para colmo, dicen, no hay ni una gota de agua, eso sin contar los animales muertos por el frío. En lo que nadie se pone de acuerdo es en la hora de la granizada porque en Villa Nazareno el tiempo transcurre de acuerdo al programa que haya en la televisión.
Alejandrina Peralta Castañeda llorando le pedía a Dios que el techo de su casa no se viniera abajo. Su hijo Manuel de Jesús padece de parálisis, estaba tan asustado por la lluvia y el granizo que como pudo bajó de la cama y se arrastró por el patio hasta llegar al cuarto de su madre.
“Estuvimos rezando, no sé por qué Dios nos manda este castigo tan fuerte, tan duro, mis hijas muy temprano vinieron a verme para saber cómo habíamos pasado la noche, pero siempre hay que aguantar con fortaleza lo que el Señor disponga”.
Mientras Alejandra cuenta el susto de la noche del martes, los niños se entretienen jugando en uno de los enormes charcos que hacen intransitables la mayoría de las calles de la comunidad. En algunas casas mejor prefieren no salir para evitar los lodazales, después con qué agua lavarían la ropa.
Las señoras observan con tristeza el canal de riego de uso común. Antes, a pesar de la basura, podían tomar un poco de agua para el quehacer de la casa, pero ahora está lleno de lodo. Y los pozos que escarban para, de manera clandestina, sacar un poco del líquido del suelo, fueron sepultados por la tierra.
Leonor Macías Gutiérrez no sabe con exactitud la hora en que todo comenzó: “creo que todavía no comenzaba la novela de las ocho (de la noche), el cielo se puso negro y de rato comenzó a caer el granizo, eran unas bolotas”.
No pudo evitar pensar: “hasta aquí llegamos, lo bueno es que el granizo fue como de pasadita, no duró mucho tiempo, creí que el techo de la casa se iba a caer. Teníamos mucho miedo, se escuchaba todo muy feo, algunos animales se murieron por el frío y las plantas del jardín se cayeron, pero gracias a Dios que a los cuartos no les pasó nada”.
Ahora, además, no sabe de dónde se abastecerán de agua: “ya tenemos tiempo que no sale nada de las llaves, como desde hace 15 días habían dicho que la bomba ya estaba arreglada pero resulta que no”.
Cuando no hay agua, dice, batallan mucho. Entonces tienen que valerse de tambos o tinas, para salir a conseguirla con el vecino, también de las tomas clandestinas del suelo o comprar garrafones aunque sea para tomar.
Si sabemos que en una casa sale, pues allá vamos, es que nada más en algunos lugares de Nazareno no hay agua, en otros sí, pero hay veces que en ningún lado hay, luego de las pipas que manda el Alcalde (Luis Fernando González Achem), no nos quieren dar”.
Y es que en Villa Nazareno la escasez de agua se agudiza sólo en ciertos sectores como Colonia, Colonia del Valle, entre otros. Por eso deben recurrir a los vecinos, las tomas clandestinas y el canal de riego de uso común.
Leonor Macías no puede evitar recordar las fuertes lluvias de hace tres años. Algunas casas fueron dañadas y el agua le llegaba a la cintura, por eso cuando granizó sintió mucho miedo, pensó que pasaría otra vez lo mismo y que los techos se caerían.
En el sector Colonia del Valle, mejor conocido como El Cerrito o La Lomita, vive Mayela Güero López. Los vecinos de ahí nunca han sabido lo que es tomar agua de la tubería. El Ayuntamiento cada ocho días les envía una pipa, pero en tiempo de calor la dotación es insuficiente.
Por eso no se pueden bañar todos los días ni lavar la ropa tan seguido como quisieran. “Cuando hace calor no alcanza, nosotros ni siquiera podemos escarbar en la tierra para sacar agua porque no sube nada, por eso la poca que nos da la pipa, la mareamos”.
María del Rosario Martínez Martínez tiene su propia historia del granizo y de la lluvia: “toda la gente estaba encerrada en su casa llorando, nos pusimos a rezar, me fui con mi vecina porque estaba sola con sus niños y tenía mucho miedo, pensamos que se iba a agujerar el techo”.
Los tanques donde almacenan el agua fueron derribados por la fuerza del granizo, rodaron con todo y el líquido por los patios. Las plantas se echaron a perder y algunos perros, sobre todo los más pequeños, murieron por el frío.
“Estuvo feo pero gracias a Dios no pasó nada, primero estamos rezando y ya después, nos reíamos, es que estábamos muy asustadas”.
Ahora lo que más le preocupa es el agua: “nosotros nunca hemos tenido, el Alcalde no nos hace caso, sufrimos mucho por eso, tengo una pila, pero los de la pipa nada más nos quieren dar dos tanques y no nos alcanza, por eso queremos que hagan la lucha de poner la tubería aunque los vecinos nos tengamos que cooperar”.
La propuesta la han hecho varias veces, sin embargo hasta ahora nadie les ha hecho caso: “nada más cuando andan en campaña todos los políticos dicen que sí, pero pasa el tiempo y se olvidan de sus promesas”.
Dice estar cansada de tanto esperar por la introducción de la tubería: “en la escuela tampoco tienen agua, mi hijo se lleva una botella para tomar y se aguanta las ganas de usar el baño porque siempre está sucio, no creo que sea justo porque nos pueden faltar muchas cosas, ya que somos pobres, pero agua sí deberíamos tener”.
Y es que cuando el agua de los tambos se acaba, tienen que pagar 20 pesos para llenarlos en otros lugares: “y luego en el SAPAL (Sistema Descentralizado de Agua Potable de Lerdo), nos cobran 30 pesos por mes por algo que no tenemos, por eso digo que no es justo”.
200 hectáreas están en riesgo
Octavio Galindo Sánchez, vicepresidente de la Junta Municipal de Gobierno de Villa Nazareno, da un recuento de los daños: alrededor de 15 familias sufrieron perjuicios en los techos de sus viviendas, 200 hectáreas de cultivo corren el riesgo de echarse a perder, cinco mil viviendas están sin energía eléctrica y mil 100 empleados de la maquila Lajat no pudieron trabajar porque hubo un corto circuito.
Además asegura que hasta la mañana de ayer, Protección Civil de Lerdo no había acudido a Villa Nazareno para evaluar los daños ocasionados por las fuertes lluvias y el granizo.
También contradice las declaraciones de Alberto Muñoz Rodríguez, director del Sapal, quien asegura que las dos bombas de la comunidad funcionan y el servicio de agua potable está al 100 por ciento.
Y es que según Galindo Sánchez, en efecto, una bomba fue reparada pero a los pocos días la otra se descompuso, en consecuencia los sectores ubicados, sobre todo en la parte alta de la comunidad, carecen de agua desde hace varias semanas.
“Hace muchos años que no se presentaba algo así y la gente estaba muy alarmada, los techos de algunas casas se dañaron al igual que los vidrios de las ventanas, también se descompusieron algunos carros, pero no pasó a mayores”.
Según el vicepresidente de la Junta Municipal de Gobierno, hay 200 hectáreas que corren el riesgo de echarse a perder: “es temporada de melón, sandía y tomate, hay temor de que los sembradíos hayan sido dañados”.
Respecto a la escasez de agua, dice: “la bomba se arregló pero la otra se descompuso, ya tiene como ocho días sin funcionar, ojalá y la reparen cuanto antes porque está afectando al poniente de la comunidad, pero aunque las dos estén funcionando hay una parte donde jamás han tenido el servicio, hemos pedido un estudio a Sapal para ver qué solución se puede encontrar”.
En la maquila Lajat hubo un corto circuito y la mayoría de los empleados no pudieron trabajar ayer: “quizá fue un corto circuito, además las láminas del techo al parecer se dañaron”.
Octavio Galindo Sánchez hizo un llamado a las autoridades: “como en cinco mil viviendas no hay energía eléctrica. Ojalá que Protección Civil y Atención Ciudadana se den una vuelta para que chequen las viviendas afectadas, sobre todo las de las personas de escasos recursos”.