El entrevistado es un emprendedor de 45 años, brillante ingeniero, tenaz representante de la que fue la industria mexicana, actualmente aniquilada por los presidentes neoliberales De La Madrid, Salinas, Zedillo y Fox.
Creativo y hasta inventor, entusiasta exportador, creyente en la posibilidad de hacer de México un país cada vez mejor, hoy este industrial mexicano está frustrado.
Sin embargo, ha empacado su maquinaria en plástico, para ver si un día puede volver a producir. De momento se dedica para mantener a su familia a la venta de productos extranjeros, básicamente orientales.
¿Por qué se detuvo en México la producción industrial media y la exportación? Da estas respuestas:
1.- Tipo de cambio muy alto.- Nuestra moneda es muy fuerte. Somos un país caro en relación a otros países en desarrollo. Hemos sufrido una inflación sumamente alta en cuestión de servicios que el Gobierno incrementa por encima de la inflación general del país: energéticos (gasolina, gas, electricidad), prediales, impuestos que no existen en otros países como la tenencia de vehículos, carreteras. Lo que le importa al Gobierno es la macroeconomía y lo externo.
2.- Crédito caro y escaso. Los créditos que ofrecen los bancos están fuera de la realidad empresarial, caros y escasos además de que cuando los ofrecen exigen garantías de un monto exagerado. El crédito bancario, decimos los empresarios, es pactar con el diablo.
3.- Ley Laboral obsoleta. Tenemos una Ley Laboral obsoleta. Al mal trabajador se le premia para que se vaya de la empresa (vía demanda laboral o pago directo) y el bueno se va buscando mejorar su situación con las manos vacías. Esta Ley paternalista ha hecho a los trabajadores poco eficientes y el costo de despedirlos es muy alto por lo que se piensa dos veces antes de contratar a alguien.
4.- Poca ayuda en la difusión de los productos nacionales. Poca ayuda en exportaciones. Para exportar lo mexicanos tenemos que arreglárnoslas solos. Sobre todo en cuestión de ferias internacionales en la promoción de nuestros productos. Por ejemplo en Corea tienen una organización llamada Kotra que ayuda hasta con el 100 por ciento de los gastos a empresas pequeñas en ferias en otros países. Basta ver la penetración de los productos coreanos en todo el mundo
5.- Contabilidad empresarial sumamente complicada. Una empresa tiene que destinar demasiados recursos empresariales a cumplir con el requisito contable. Cada miscelánea fiscal tenemos nuevas exigencias que cumplir, la lista crece y crece. El mismo IMSS es sumamente complejo, induciendo a la empresa a caer en errores involuntarios causando multas y recargos negativos.
6.- Muy poco análisis mundial del Gobierno. Nuestro Gobierno sólo ve cómo obtener más recursos para él, de los mismos grupos de personas y no ve las lecciones de éxito en cuestión de productividad de otros países. En general el Gobierno planea a corto plazo impidiendo una planeación empresarial seria y a largo plazo.
6.-Importación vs. Fabricación. ¿Qué empresario mexicano en su sano juicio quiere fabricar para tener un costo más alto que el de importación? ¿Quién quiere vérselas con Hacienda, IMSS, sindicatos y otras dependencias como Semarnat, autoridades e impuestos locales y toda la burocracia que este Gobierno nos impone? Al importar nos las vemos con las leyes de comercio exterior (también complicadas y ambiguas), pero por lo menos borramos de nuestras pesadillas parte de los problemas antes citados. El mundo cambia rápidamente y cada vez hay más países que se ponen las pilas y modifican las leyes para ser eficientes. México no”.
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Eliminar la producción
Es la prueba más obvia de que los Gobiernos neoliberales de México, están a las órdenes del imperialismo globalizador. ¿Cuántas empresas medias y pequeñas han desaparecido? Todas las necesarias para que sólo sobrevivan las macros. De eso se trata, de dejarle el campo libre y el mercado cautivo a las transnacionales y a contados grupos nacionales, que dirigen una decena de mexicanos que “Forbes” cuenta entre los más ricos del mundo. Pero ya no se puede hablar de una industria nacional media desde que Salinas borró la fórmula de su sobrevivencia: la asociación con capital foráneo, sólo podía ser de 49 por ciento, conservando a los mexicanos la mayoría del 51 por ciento de las empresas. Al decidir el neoliberal, global e “hijal” de Salinas que el capital de una empresa en México puede ser 100 por ciento extranjero, guillotinó a la industria nacional.
Pero hoy no sólo se trata de eliminar la producción industrial a mediana escala, sino hasta la megaindustria del país, Pemex. Nos asusta a los ciudadanos una venta abierta y no vemos, que ya está vendida la paraestatal al Gobierno y a sus jefes extranjeros con los consabidos contratos bajo el agua, con las sangrías constantes del sindicato, con la extracción del 60 por ciento de sus ganancias, como impuestos para el financiamiento del Gobierno panzón.
Los ciudadanos ni olemos el beneficio de los excedentes petroleros y pagamos cada día más cara la gasolina y otros productos ¡Todo es para ellos! La burocracia siempre se ha mantenido del petróleo, pero desde MMH, a Pemex le prohibieron reinvertir para progresar y beneficiar a la población.
Lo dicho mil veces: Hay que arruinar a la empresa para “tener” que privatizarla por “inoperante”, igual que los bancos. Rafael Decelis Contreras, Premio Nacional de Química de 2000, asegura, por ejemplo, que México podría sustituir la importación de 17 mil millones de dólares en productos petroquímicos, petrolíferos y derivados, invirtiendo en cinco refinerías, que producirían estos productos para consumo interno. Cada refinería costaría dos mil 500 millones, en total la inversión sería de 12 mil 500 millones. Pero de lo que se trata de es comprar a los gringos a fuerza 17 mil millones de dólares de productos derivados de ¡nuestro petróleo! Las últimas cuatro madrastras Santannas, tres priistas y otra panista están inexorablemente acabando con la Patria.
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