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Pensiones y jubilaciones

Miguel Ángel Granados Chapa

en apoyo al sindicato de trabajadores del IMSS hoy se realiza una movilización organizada por la Unión Nacional de Trabajadores, la central sindical más numerosa fuera de las que se reúnen en el Congreso del Trabajo.

La jornada solidaria no incluye suspensión de labores de los agrupamientos afiliados a la UNT. Si la hubiera, la vida social y económica del país resentiría sus efectos, por la ubicación estratégica de los sindicatos involucrados: telefonistas, pilotos y sobrecargos de aviación, trabajadores de Volkswagen y de la UNAM, etcétera, amén de los propios empleados del Instituto Mexicano del Seguro Social, que atienden a la mitad de la población total del país.

El sindicato del IMSS vive un momento crucial de su existencia. Al revisar su contrato colectivo el año pasado, el Instituto demandó de sus trabajadores una modificación integral de su sistema de pensiones y jubilaciones, que la dirección juzga en exceso oneroso y causa principal del creciente desequilibrio financiero de la institución, que repercute en un acelerado deterioro de, sobre todo, el servicio médico a que tienen derecho doce millones de asegurados y sus familias.

El sindicato aplazó a marzo su respuesta a la posición institucional y al ofrecerla rechazó la propuesta patronal, salvo en lo que hace a incrementar la cuota de los trabajadores para el fondo de pensiones y jubilaciones.

Aceptó hacerla crecer gradualmente hasta el doble, de modo que en tres años pasaría del tres al seis por ciento. El IMSS, que planteaba además ampliar el tiempo trabajado para tener derecho a la jubilación (actualmente de 27 años para las mujeres y 28 para los hombres) pero sólo para el personal de nuevo ingreso, se dispone a acudir a la justicia laboral para declarar su imposibilidad de cumplir el contrato colectivo, a fin de que un laudo consiga lo que la negociación de las partes no logró establecer.

Al mismo tiempo, con su auspicio o consentimiento, se ha desatado una campaña de desprestigio contra los trabajadores del IMSS, especialmente quienes se han jubilado, a partir del razonamiento de que sus costosos privilegios son la causa de la ruina del Instituto.

El Grupo Radio Centro, que debido al ilegal manejo de su litigio con Infored resiente severos perjuicios financieros y en presencia pública, ha querido recuperarla abanderando una campaña no de defensa de la seguridad social, que sería bienvenida, sino de agravio a quienes la hacen posible con su trabajo.

Es imposible negar que el régimen de pensiones y jubilaciones del IMSS pesa gravemente sobre las finanzas de la institución, porque ha crecido el lapso durante el cual se paga esa prestación. Es también innegable que, comparadas con las de los jubilados en general, las pensiones cubiertas por el IMSS son de lujo, muy distantes de las extremadamente bajas que recibe la gran mayoría.

Pero tienen razón los trabajadores al argumentar que la solución al problema real no puede descansar sólo en la afectación a un sector. Se reclama una solución global, que por un lado mire al pasado y establezca las causas y las responsabilidades de las administraciones imprevisoras y por otro lado vea el futuro y con amplitud establezca un régimen jubilatorio justo y pagadero. El asunto no concierne sólo a los trabajadores del IMSS y no sólo a los del ISSSTE, que se aproximan en ruta de colisión a encarar su propio conflicto. El tema es de alcance general, pues en todas las esferas laborales la demografía y la economía han conspirado para hacer que cada día menos trabajadores en activo cubran las pensiones de más jubilados y durante más tiempo.

A partir de incriminaciones y de soluciones parciales es imposible llegar a una situación mínimamente satisfactoria para todos. Lo que es cierto, respecto de los trabajadores del IMSS, es que ninguna solución deberá intentarse sin su colaboración, pues pretender lo contrario sería alimentar un conflicto social latente y de dimensiones inabarcables.

Por eso es bienvenida la convocatoria de la comisión senatorial de salud y seguridad social para una suerte de pláticas de avenimiento entre el sindicato y la dirección del IMSS y para “un gran pacto nacional en defensa de la seguridad social”, conseguido a través de una convención nacional donde todos los intereses estén representados, “a fin de resolver de una vez por todas la grave crisis de las instituciones de seguridad social de nuestro país”.

Una posición así de ambiciosa podría ser sólo retórica y hasta demagógica, pero autoriza a pensar que no lo es la composición de la mesa directiva de esa comisión del Senado y el trayecto de sus integrantes. El presidente y los dos secretarios pertenecen a sendos partidos: Elías Miguel Moreno Brizuela, que la encabeza, es perredista, mientras que Miguel Ángel Navarro Quintero es miembro del PRI y Marco Antonio Xicoténcatl Reynoso lo es del PAN. Los tres son médicos y se formaron o han trabajado en las instituciones de la medicina pública. Moreno Brizuela, egresado de la Universidad Veracruzana, cursó sus especialidades en los institutos nacionales de Nutrición y de Cardiología. Navarro Quintero se formó en el Instituto Politécnico Nacional y en el hospital Veinte de Noviembre, del ISSSTE y después encabezó su asociación nacional de médicos residentes. Xicoténcatl Reynoso se graduó en la Universidad Nacional y dirigió en Morelos el sistema médico estatal del DIF y coordinó los servicios médicos del Banco Obrero. Saben de qué se trata.

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