Hace unos días, recibí con agrado la nota de un periódico de la ciudad de Monterrey, que me hizo el favor de proporcionar una amable vecina quien siente gran amor por los animales.
La protagonista de esta historia es una perrita de raza indeterminada, de esos cachorritos que nacen por montones y desafortunadamente sólo vienen a sufrir, pero no es el caso de ?Cokie? quien fue adoptada por una familia de condición humilde, cuya casa se compone solamente de una habitación, cuyos miembros son una hija y su madre de 56 años.
?Cokie? se encontraba feliz amamantando a cinco regordetes cachorros que hacía días los había tenido, era casi la media noche cuando de repente la perrita empezó a golpear la puerta, los ladridos eran desesperantes, su comportamiento completamente desconocido, su dueña que se encontraba profundamente dormida, y sólo semejante alboroto la logró despertar, al darse cuenta de la situación, se encontraba rodeada por las llamas e inmediatamente pensó en salvar su vida y la de su mascota junto con sus crías, pues al ver la inmensa humareda y el fuego a su alrededor, se dio cuenta que había perdido sus pocos valores que tenía, afortunadamente a su hija le había tocado trabajar el turno de la noche y no se encontraba en casa.
Al salir de la habitación-casa se dieron cuenta que ?Cokie? sangraba de su ojo, pues se lo había herido al golpear la puerta al tratar de avisar a su dueña sobre el incendio, todo era tristeza y lágrimas, pues lo habían perdido todo; sus medicinas para el asma, la ropa, la estufa, el refrigerador, la lavadora, el tanque de gas y sus preciadas máquinas de coser con las que trabajaba para sobrevivir.
Todo su porvenir se veía tan negro como las cenizas que resultaron de la pérdida de la casa, pero gracias a ?Cokie? el incendio de su casa no fue uno más, las autoridades del municipio se enteraron de la ?hazaña? de la perrita, y la apoyaron con material para reconstruir su cuarto, sus vecinos se ofrecieron para ayudarla.
Las heroicas hazañas de ?Cokie? se difundieron como agua y llegaron hasta ?Pro Defensa Animal, A.C.? una organización regiomontana que decidió otorgarle una medalla al mérito. Por su valentía será la primera en recibir el premio al Heroísmo Prodan, además se consiguió el apoyo de un veterinario y de un proveedor de alimento para garantizarle a la perrita atención médica y comida de por vida.
?Cokie? es como cualquier perro de los cientos que mueren en los antirrábicos, de los que nadie elige para adoptar, además de tener la ?mala suerte? de ser hembra, sexo que en los perros es despreciado por la mayoría en este país, comúnmente son sacrificadas al nacer por el riesgo de la maternidad, pero ella es la que representa hoy la diferencia entre la vida y la muerte de una mujer.
Cuántos Cokie?s habrá en las calles, perdidos, esperando la oportunidad de ser adoptados y recibir una sola muestra de cariño para poder salvar la vida de su amo sin importarle su propia vida ni la de sus pequeños cachorros.
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