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México, DF.- La Cámara de Diputados reveló que al menos dos millones de niños y niñas, principalmente indígenas, trabajan en el sector agrícola mexicano, la mayoría de las veces en condiciones de explotación extrema.
Informes de la Cámara de Diputados, que retoman datos de la Unicef y la OIT, señalan que los menores son empleados sobre todo por las grandes empresas agrícolas del ramo exportador en los estados de Sinaloa, Sonora, Baja California Norte y Guanajuato y perciben salarios muy por debajo de lo que se paga a un adulto.
En vísperas del Día del Niño, diputados federales del Partido de la Revolución Democrática (PRD) precisaron que las principales actividades en las que se ocupan niños y niñas son en el cultivo y cosecha de la fresa, brócoli, jitomate, espárragos y hortalizas en general, así como en labores relativas a la limpia y preparación de los campos agrícolas.
Los diputados Antonio Mejía Haro, Francisco Mora Ciprés y Pascual Sigala Páez, mencionaron que en sitios como los campos de San Quintín, en Baja California, se emplea para las faenas de cultivo y cosecha a niños indígenas de los estados de Guerrero, Oaxaca, Michoacán y Guanajuato.
“Es la expresión más cruda de la pobreza y abandono del campo mexicano y no estamos hablando de los niños que por tradición familiar ayudan en las faenas después de asistir a la escuela, sino de una explotación extrema y organizada”, dijo Mejía Haro.
El también secretario de la Comisión de Agricultura, dijo que esos menores son contratados en sus lugares de origen por 25 pesos al día y son expuestos a plaguicidas, maltrato de capataces y fuera de cualquier tipo de educación. Por su parte, el integrante de la Comisión Especial Niños, Adolescentes y Familias, Francisco Mora Ciprés, destacó que de esos dos millones de menores, cerca de 500 mil niños forman parte de la mano de obra de las parcelas familiares, que contribuyen sólo a subsistir en situación de pobreza extrema. El resto, 1.5 millones, son niños jornaleros migrantes.
Sin embargo, el legislador agregó que al menos dos millones más son trabajadores migrantes sometidos a jornadas de más de ocho horas de trabajo, contratados “en paquete”, junto a sus padres y hermanos mayores.
En entrevista, el diputado del PRD sostuvo que las agotadoras jornadas a las que se enfrentan, los menores quedan excluidos de la escuela y enfrentan secuelas físicas y mentales graves por su alta desnutrición.
“Muchos de estos niños terminan en hospitales de cancerología, con leucemia e infecciones por el contacto que tienen con plaguicidas”, dijo Mora Ciprés.
El secretario de la Comisión de Desarrollo Rural, Pascual Sigala Páez, dijo que en la última década la mano de obra infantil en los campos mexicanos ha crecido, primero porque los contratan por la mitad del salario de un adulto, así como porque en ocasiones es la única fuerza disponible porque los mayores de edad emigraron a Estados Unidos.
Recordó que incluso organizaciones agrícolas de Estados Unidos han denunciado que al menos un millón de niños mexicanos o de origen mexicano laboran actualmente en los campos agrícolas de Texas y California, en situaciones similares a las de la esclavitud.