EL SIGLO DE TORREÓN
FRANCISCO I. MADERO, COAH.- A pesar de que no cumple con las normas de sanidad que establece la Secretaría de Salud, el rastro de esta ciudad sigue en operación.
Los tablajeros no portan la vestimenta adecuada, las reses pasan la mayor parte del tiempo en el piso, los desechos contaminan la laguna, el olor es insoportable para los vecinos del lugar, hay mucha suciedad y las reses mueren degolladas.
La jurisdicción sanitaria ha hecho muchas recomendaciones a los tablajeros en cuanto al vestuario y medidas de higiene, pero el rastro sigue sin cumplir con las normas sanitarias que debe tener cualquier matadero.
Ha habido múltiples quejas por parte de los vecinos aledaños, que padecen del mal olor, además de plagas de moscas y jaquecas a causa de la contaminación que producen los desechos que hay en el rastro, desde la montaña de cirre donde se juntan los perros a comer los desperdicios, hasta la laguna donde va a parar la sangre.
Al inicio se hizo la propuesta de que se construyera otro rastro, pero el Municipio no tenía los recursos económicos suficientes, por lo que Jesús Rodríguez Salinas, introductor de ganado, donó un terreno, pero sólo de palabra, pues no se han hecho aún los trámites correspondientes para que sea legal.
Este año se nombró a Jesús Hernández como el nuevo administrador del rastro, pero la situación sigue siendo similar, la suciedad es un poco menor, pero las reses siguen en el piso durante la mayor parte del proceso, su muerte sigue siendo dolorosa y no se cuenta con las medidas impuestas por la Secretaría de Salud.
En Obras Públicas del Municipio se cuenta ya con un diseño listo para la construcción del nuevo rastro, pero no se han construido aún una maqueta y faltan todavía los últimos ajustes porque el terreno no se tiene y se desconocen cuáles serán sus dimensiones.
“Queremos que sea más chico que el que hay en Torreón, pero que pueda tener la misma calidad”, dijo René de Anda Viesca, proyectista del Departamento de Obras Públicas.
Mientras tanto y pese a las condiciones insalubres, el rastro de Francisco I. Madero sigue operando.