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México, DF.- El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), José Luis Soberanes Fernández, afirmó que entre las instituciones nacionales la práctica de la tortura persiste, ya que se han establecido nuevos mecanismos y métodos de agobio y acoso psicológico, como el uso compulsivo del polígrafo.
En un comunicado, el ombudsman estableció que es preocupante que este fenómeno prevalezca, ya que los defensores mexicanos y de Latinoamérica han trabajado intensamente para erradicarla Además de la brutalidad policíaca, que no ha podido eliminarse por falta de conocimientos en derechos humanos por parte de sus integrantes, consideró que durante el siglo pasado la tortura tuvo auge en el Continente Americano, donde dejó grave secuela de violaciones a las garantías fundamentales, crímenes de guerra, genocidio y tortura, que deshonraron esos tiempos.
Ante defensores de América y representantes de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos que acudieron al taller “Instituciones Nacionales, Líderes en la Prevención de la Tortura”, Soberanes Fernández subrayó que la tortura acompañó a la llamada “Guerra Sucia”, donde no hubo respeto por la vida.
Destacó que en esa etapa, también el secuestro y el terrorismo fueron prácticas comunes y políticas para intimidar y eliminar a los opositores, a quienes se consideraba una amenaza, bajo la mal entendida lupa de la seguridad nacional.
El también secretario de la Red de Instituciones Nacionales para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos del Continente Americano refirió que la CNDH, por primera vez en su historia, emitió una recomendación, en noviembre de 2001, dirigida al Presidente de la República, por los 532 casos documentados de desapariciones forzadas ocurridos en México en la década de los 70 y principios de los 80.
Asimismo, dio a conocer que, en seguimiento de esa Recomendación, la CNDH solicitó al fiscal especial del caso, nombrado por el Gobierno Federal, informes sobre los resultados de las investigaciones realizadas durante más de dos años. Soberanes Fernández afirmó que para la CNDH el uso del polígrafo no se encuentra autorizado en Ley alguna para que pueda servirse de él alguna autoridad durante la fase procedimental de cualquier investigación.
Mucho menos, dijo, si es del ramo administrativo o penal, por lo que utilizarlo implica que dejen de observarse las formalidades jurídicas esenciales del procedimiento y se vulneren los principios de los artículos constitucionales.
El respeto a los derechos humanos es condición fundamental para el adecuado desarrollo de todo individuo, por lo que al tramitarse un procedimiento de investigación administrativa al margen de la Ley, así como ejercer presión en contra de una persona para que acepte su culpabilidad, además de ser acciones producto del abuso de poder constituyen una práctica contraria a las disposiciones jurídicas relativas al cumplimiento de las garantías fundamentales.
