Gómez Palacio

Persisten las cuarteaduras en viviendas

FABIOLA PÉREZ-CANEDO HERRERA

Denuncian vecinos utilización de materiales de baja calidad en la construcción de sus viviendas.

EL SIGLO DE TORREÓN

GÓMEZ PALACIO, DGO.- El fraccionamiento Torremolinos es relativamente nuevo, pero en el circuito Cádiz la mayoría de las casas presentan cuarteaduras y aunque la constructora trata de arreglarlas aplicando yeso, en menos de una semana vuelven aparecer. Los vecinos se quejan de que se utilizaron materiales de baja calidad en su construcción para ahorrar.

“Hemos hablado ya con el arquitecto que está encargado de la obra, pero no nos resuelve nada”, dijo Lester Rojas, vecino del fraccionamiento, “a mí me dijeron que el piso y toda mi casa estaba terminada y que podía echar otro piso, pero no fue cierto”.

Luego de comprar su casa, Lester entró a una recámara y notó que con su propio peso el suelo se hundió, siendo un hombre ligero, pues el material no se encontraba bien compactado, a pesar de que se informó a los vecinos desde que hicieron la compra que las viviendas estaban preparadas para soportar un segundo piso.

Sin embargo, otro de los colonos advirtió que si se tratara de poner otro piso con bloc o ladrillo las paredes se pandearían y aumentaría el peligro de que la casa se viniera abajo.

La vivienda de Lester presenta cuarteaduras pequeñas, pero visibles desde la puerta. También señaló algunas que ya estaban parchadas con yeso.

Alicia Barbosa, vecina de Torremolinos, dijo que cuando se quejaban los trataban de tranquilizar diciéndoles que eran pequeñas fisuras, por lo que pusieron una queja ante José Díaz Hurtado, director de Obras Públicas de Gómez Palacio, donde solicitaron una auditoría y un estudio de suelo.

De acuerdo con los vecinos, el delegado, José Flores, declaró el fraccionamiento como inhabitable, lo que aumentó la incertidumbre de los colonos en cuanto a la seguridad de sus viviendas.

“Desde noviembre que Víctor Hugo Vizcarra Hidalgo, el subdelegado regional del Infonavit, nos dijo que iban a traer un auditor y José Flores dijo que no se iba a vender más vivienda hasta que el director administrativo nos diera una solución”, manifestó Alicia, “pero a partir de eso ya no se hizo nada”.

Adolfo Puente Rivera, el director administrativo, no ha informado a los vecinos sobre lo que sucede en el fraccionamiento y esto es la principal queja de los pobladores.

“No sabemos qué pasa, no sabemos en dónde estamos viviendo, sobre qué”, dijo un vecino que se negó a dar su nombre, pues manifestó que algunos colonos han recibido amenazas de parte del director administrativo, al punto de que les echarían de sus casas si se quejaban con los medios de comunicación.

“Es nuestra casa y no tenemos idea de por qué se está cuarteando”, agregó, “todos dicen que porque para ahorrar usaron materiales de mala calidad, pero no se vale engañar así a la gente”.

Aunque el delegado, José Flores, suspendió la venta de las casas hasta que se les resolviera su situación a los vecinos que ya habitaban el lugar, los colonos dijeron que todavía no se les informa nada al respecto y sin embargo, las ventas han continuado, pues seguido ven a las promotoras en su labor normal.

“Incluso ya cerraron con llave las otras casas”, manifestó el vecino anónimo, “lo hicieron para evitar que se viera en qué estado estaban esas viviendas”.

Más anomalías

Otra de las irregularidades en este fraccionamiento es el costo de la vivienda, pues mientras algunos firmaron pagarés por más de 200 mil pesos, otros fueron por 190 mil, aunque las casas tengan las mismas dimensiones y recámaras.

Por el problema de las cuarteaduras, los vecinos hicieron una visita al Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit), donde encontraron que los precios de sus casas variaban, a pesar de que no presentaban diferencias en las medidas ni el número de habitaciones.

“A mí me costó 208 mil pesos, mi casa es igual a la de mi vecino pero él tiene esquina y yo no y a él le salió en 198 mil”, dijo Lester Rojas, vecino del fraccionamiento, “está raro porque son iguales”.

“Yo siento que nos engañaron”, manifestó Rojas, “a una de las primeras vecinas que se mudaron para acá le salió en 190 mil pesos y a otros a 214 mil, no se sabe por qué”.

Otro de los vecinos, que no quiso dar su nombre por temor a represalias, dijo que la constructora siempre había actuado de manera irregular, pues no les entregaba firmadas ni selladas las garantías de compra.

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