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México, DF.- El ejército de más mil asesores y secretarios técnicos que laboran en la Cámara de Diputados está conformado por personal “variopinto” que va de los profesionales con maestrías o doctorados, hasta los recomendados o amigos que fungen sin preparación en el cargo.
Con sueldos que pueden ir desde los diez mil hasta los 40 mil pesos mensuales, este grupo es o debería ser la parte pensante del Palacio Legislativo de San Lázaro y de quien depende la viabilidad de reformas, leyes, decretos y puntos de acuerdo.
Abogados, economistas, geógrafos, oceanógrafos, sociólogos, contadores, comunicólogos, agrónomos, pero también choferes, hijos y sobrinos de los legisladores, secretarias y hasta edecanes “habilitados” para esos cargos son el perfil de esta área.
Mario Di Constanzo, asesor del Area Económica del Partido de la Revolución Democrática (PRD), reconoce que si bien se han hecho esfuerzos en la Cámara de Diputados por profesionalizar a su personal, aún se mantienen vicios e inercias en la contratación y operación de este personal.
Recordó que la fracción parlamentaria del PRD convocó al inició de la LIX Legislatura a un concurso para contratar a 40 asesores con un salario mensual de 32 mil pesos, lo cual fue “un ejercicio interesante, pero aún se puede mejorar”.
“Es un buen salario, se contrataron profesionales con maestrías o doctorados, pero en ocasiones ese perfil no es suficiente para redactar una reforma o apoyar a los diputados en su labor legislativa”, reconoció Di Constanzo.
Y es que en la realidad algunos de esos asesores han terminado como ayudantes o choferes de los diputados, ya que no es lo mismo la academia o investigación universitaria, que el trabajo de asesoría o técnica legislativa.
En el otro extremo se encuentran los asesores que llegaron al cargo porque estuvieron en las campañas de los diputados federales y se tenía que “pagar” el favor con un puesto bien remunerado.
“Creo que en el PRI es donde estila más lo las aviadurías o en lugar de asesorías, incluso con compadres, hijos sobrinos, amigas o familiares que son habilitados para esos cargos”, agregó Mario Di Constanzo quien tiene un posgrado en finanzas por el Fondo Monetario Internacional.
La diputada federal del Partido Acción Nacional (PAN), Tatiana Clouthier, se ha quejado al interior de ese instituto político de la falta de asesores profesionales y de que la “Fundación Rafael Preciado” se ha convertido en un ente burocrático que gasta mucho dinero.
Dicha fundación es la encargada de analizar la viabilidad de las reformas e iniciativas impulsadas por los 151 diputados panistas, pero es visto por algunos legisladores como “un filtro” que en ocasiones entorpece el trabajo parlamentario.
Cabe destacar que en promedio cada uno de los diputados federales cuenta con un asesor, pero hay casos como el de los presidentes de las 42 comisiones legislativas, que tienen hasta cinco asesores, además de un secretario técnico.
Los coordinadores parlamentarios e incluso los que coordinan alguna diputación estatal, también llegar a tener su propio “grupo” de asesores.
Hay casos de secretarios técnicos que pueden superar sin dificultad los 50 mil pesos, además de viáticos, vales despensa y viajes para acompañar a los diputados en foros nacionales e internacionales.
Al final de la pasada LVIII Legislatura hubo una serie de protestas por la falta de seguridad laboral de este “ejército” de asesores, ya que si bien un grupo es parte del servicio profesional de carrera de la Cámara de Diputados, la mayoría dependen de su amistad o cercanía con los legisladores.
En esta variedad de perfiles se han dado casos como en la pasada Legislatura donde el presidente de una comisión importante se distinguía por contratar “asesoras” que destacaban más por su belleza que por su capacidad profesional.
