Don Juan N. Carlos Rodríguez fue un zacatecano ilustre: Filósofo, teólogo, escritor y periodista, que por muchos años vivió en Torreón, Coah. y tiene familiares Carlos en la Comarca Lagunera. Conocí a don Juan cuando yo era un niño. Fui creciendo y sus consejos y enseñanzas estimulaban mi pasión por aprender.
Él vivía en el pueblo de Susticacán, Zacs., de donde era originario y vio su primera luz el 16 de mayo de 1899, hijo de don Francisco María Carlos, con familiares en Jerez, Zacs. y de doña Josefa Rodríguez. Su educación primaria la obtuvo del ameritado maestro don Ezequiel Osuna, primero y después con el Pbro. don Benjamín Luna, quienes descubrieron el gran talento del joven Juan, por lo que lo ayudaron a ingresar al Seminario, donde estudió latinidad, filosofía y teología hasta terminar la carrera sacerdotal sin llegar a ordenarse.
Incursionó en los Estados Unidos en actividades teatrales y a escribir en los periódicos como La Opinión de Los Ángeles y otros. Al regresar a Zacatecas, despreció varios ofrecimientos de periódicos de la capital de la República para encargarse de departamentos importantes en la dirección y prefirió dedicar su vida a enseñar a la niñez y a la juventud en la carrera Magisterial, con sueldos raquíticos.
Escribió varios libros importantes, la mayoría inéditos como La Historia de Juanchorrey, lugar que quería muchísimo y lo tomó como su tierra adoptiva, La Historia de una Región de Zacatecas, cuyo duplicado de 14 legajos me lo donó al morir, el original quedó con el señor Andrés Reveles, de Jerez. En 1950, se editó su libro Historia del Venerable Santuario de la Virgen de la Soledad de Jerez, muy interesante y documentado, pues era un gran investigador de los archivos civiles y parroquiales. También quedó inédito el libro de la Historia de Susticacán, en poder de su querido compadre don Juan de la Torre Robles (f).
Fue miembro activo de Prensa Unida y de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. El 30 de octubre de 1970, yo escribí en un periódico local, un artículo dedicado a mi amigo don Juan N. Carlos, titulado: Un Periodista ha Alcanzado la Cima del Dolor y la Miseria. Para esas fechas era director de escuelas en Huanusco, Zacs., con un pobre sueldo de 400 pesos mensuales, padeciendo serias enfermedades, cuyas medicinas casi no podía comprar y algunos amigos le ayudábamos para lograrlo. De Torreón, le enviamos una silla de ruedas que compramos don Guadalupe Nava González (f) y el que esto escribe.
En abril de 1957, vino a Torreón don Juan para visitar algunos familiares y se hospedó en mi casa, pues desde niño le profesé un especial aprecio y conservábamos comunicación epistolar. Tenía deseos de ir a Parras de la Fuente por lo que organizamos un viaje con el Profr. Pablo C. Moreno, don Pedro García Reyna, don Juan y yo. Hicimos una escala en el valle entre la Cuchilla y Parras, donde se libró la batalla de las fuerzas nacionales contra los franceses en 1866. Allí en el obelisco aparece la inscripción: En este lugar el día primero de marzo de 1866 las fuerzas mexicanas al mando del Gral. Andrés Viesca, se cubrieron de gloria al derrotar a las tropas invasoras que profanaban el suelo bendito de la patria. Honor eterno al valor y al heroísmo”.
Don Juan escribió a partir del siguiente mayo, una serie de artículos en un diario de Aguascalientes y en uno de Torreón, titulado Por los Valles de Ubeda, narrando sus experiencias de su viaje a Torreón, en el trayecto a Parras, nos mostraban unos pilotes en forma piramidal, que en una de sus caras mostraban las fechas en que el Padre de la Patria don Miguel Hidalgo y Costilla pasó por ese lugar, explicándonos Pablo C. Moreno, que el mártir de la Independencia ya iba prisionero del Cap. Allende, yendo a lomo de mula soportando el fortísimo calor.
El Profr. Juan N. Carlos, gran filósofo, teólogo, escritor y periodista dejó de existir el 21 de abril de 1974 en Huanusco, Zacs. Descanse en paz este zacatecano que incursionó en tierras laguneras.
