Samuel Silva de León nació en la ciudad de Zacatecas el día cinco de diciembre de 1878, hijo de don Jesús Silva y de su esposa doña Asunción de León. Después de su primaria, estudió secundaria y bachillerato en el glorioso Instituto de Ciencias Zacatecano, pasando después a la Ciudad de México, inscribiéndose en la Facultad Nacional de Medicina, que además era Escuela Médico-Militar, hasta titularse de médico militar en 1909, ostentando el grado de Mayor del Ejército, ejerciendo por los años de 1910, 1911 y 1913, en Acapulco y en el territorio de Quintana Roo.
En 1901contrajo matrimonio en Zacatecas, con la señorita María Pedrozo, procreando a Fernando en 1902, a María, en 1904. En 1916 vino a Torreón ejerciendo su profesión de médico militar con las fuerzas acantonadas en esta ciudad. Se quedó y en 1918, a raíz de la influenza española que azotó la región, fue nombrado jefe de salud pública por las autoridades, para combatir la pandemia que dejó miles de muertos.
Ya en Torreón, nació su hijo Jorge Mario Silva Pedrozo, que casó con la señorita Rosario Llamas Alatorre. En 1920, fue candidato a la Presidencia Municipal para el período 1921-1922. Las elecciones fueron reñidas con otros dos candidatos: Jesús Sotomayor Alejandro y Ángel Gutiérrez y los tres proclamaron sus respectivos triunfos, llegando al derramamiento de sangre con un muerto y varios heridos. La Legislatura del Estado declaró nula las elecciones, continuando en el poder el general Celso Castro mientras se hacían nuevas elecciones, en las que resultó triunfador Silva, que tomó posesión de la Presidencia Municipal el primero de noviembre de 1921, terminando el 31 de diciembre de 1922.
Durante su corta administración, una de sus obras fue la construcción de la Escuela Amado Nervo, en la esquina de Ocampo y Galeana. Escribió 65 cuentos que estuvo publicando en las páginas de un periódico local y sólo fue editado “El Chebdengue, un cuento que fue verdad”, del que yo poseo un ejemplar.
Con motivo de la celebración del cuarto centenario de la fundación de Zacatecas, en 1946, formó un comité de zacatecanos en Torreón, Pro-Homenaje a Zacatecas. Con apoyo del presidente municipal Braulio Fernández Aguirre, se entrevistó Silva y su comitiva con las autoridades de Zacatecas, logrando que se le pusiera el nombre a la antigua avenida González Ortega, el de “Torreón” y en reciprocidad, en Torreón se puso el nombre a una avenida “Zacatecas”.
En 1949, Silva inicia la fundación y construcción de la Casa del Anciano, que lo inmortaliza como hombre de bien y de progreso. Tenía consultorio gratuito para los enfermos escasos de recursos económicos.
Su muerte: El 19 de enero de 1959. Al día siguiente, el cadáver fue llevado del Sanatorio Español, a la Casa del Anciano donde se celebró una misa por el vicario general, Pbro. Rodrigo Marrero Díaz, en representación del Sr. Obispo don Fernando Romo Gutiérrez, quien no se encontraba en la ciudad. Sus restos fueron llevados al Panteón Torreón, donde fueron sepultados en la cripta familiar.
“Por la tarde –dice un periódico local- un grupo de ancianitas de la Casa del Anciano, caminando dificultosamente por el fardo pesado de los años, llegó hasta la residencia, derramando lágrimas de dolor y agradeciendo ante el cadáver de quien en vida hizo por ellas, logrando que la sociedad de Torreón les proporcionara una vida más humana y sin menos amarguras en el corto tiempo que les quede de existencia. Fue una escena conmovedora y dolorosa, porque en ella se manifestó el sentimiento y la gratitud de las viejecitas que no tienen que ofrecer que la bondad de su corazón. Al obscurecer vimos a la Madre Lola acompañada de algunas religiosas expresando sus condolencias a la familia, pronunciando palabras de elogio para el desaparecido. Después la misma religiosa rezó el rosario y las oraciones que elevan a Dios por el eterno descanso de los muertos”. Así terminó en esta generosa tierra lagunera, la vida de un zacatecano que dejó una gloriosa huella en su camino.