Haciendas con historia
Las ricas haciendas del México Colonial, con tierras feraces y abundantes aguas, eran un emporio de riqueza y trabajo para todos. La Hacienda de San Diego de los Corrales, en Poanas, Nombre de Dios, Dgo., no fue la excepción. Su fundación y cambios de propietarios a través de los siglos la describe Rafael de la Parra Viesca en su libro: Documentos Inéditos para la Historia de la Hacienda de San Diego de los Corrales. Veamos:
“El sureste del actual Estado de Durango corresponde a la región natural de las planicies, entre la Zona Desértica del Noreste y la región de los bosques y serranías del poniente. Sus tierras de monte bajo son fértiles y de clima templado y por el sur colindan con Zacatecas. Está regada por ríos y arroyos que crecen en tiempo de lluvias, es muy rica en manantiales y aguas abundantes en el subsuelo... En este valle estuvo situada la Hacienda de San Diego de los Corrales, de la que actualmente queda la vieja casa solariega cuya construcción data de fines del Siglo XVI”.
“El nombre de San Diego y su fama se extendían por toda la Nueva España y siendo el santo de moda, abundaron las gentes y los pueblos a los que se bautizaba con su nombre; de ahí que el fundador de la hacienda, el capitán don Andrés de Rojas Ayura, le pusiera el nombre de San Diego con el apelativo de Los Corrales para distinguirlos de otras haciendas y ranchos que con el mismo nombre existían en el Valle de Poanas. La figura de San Diego de Alcalá se encuentra a la izquierda del altar de la capilla de la hacienda”.
“Al morir el capitán don Alfonso de Rojas Ayora y de la Vega, sus hijas no tuvieron descendencia y la hacienda fue rematada en favor de don Nicolás Esteban Gaucín. El capitán Gaucín murió en 1690 y la Hacienda de San Diego de los Corrales pasó a ser propiedad de don Antonio de Cos en junio de 1691 y luego de su hermano Fernando. En 1692, la hacienda fue adquirida por doña María de Mancinas. Por el año de 1771 perteneció la Hacienda de San Diego de los Corrales a don José Gregorio de Robles y Mendiola y al morir éste, la hacienda pasó a otras manos, hasta que en 1842 era de la propiedad de don Basilio Mendarozqueta, hasta que los hijos de don Gregorio de la Parra y Escobedo (sic), don Leonardo y Juan Bautista de la Parra Moreno, nacidos y radicados en Sombrerete, Zac., casado el primero con doña Rosa Bracho y el segundo con Juana Fernández, se dedican al comercio con muy buen éxito y en 1862 compran la Hacienda de San Diego de los Corrales y de San Juan Bautista a la señora María Araujo, viuda de don Basilio Mendarozqueta”.
Veamos quién es el autor del libro que comento: Rafael de la Parra Viesca, bisnieto de don Leonardo de la Parra Moreno y de su esposa doña Rosa Bracho, dueños de la hacienda citada. El señor De la Parra, nació el tres de marzo de 1942. Sus padres fueron Rafael de la Parra de la Parra, nacido en Durango el 25 de mayo de 1910 y su madre doña Carmen Viesca Cárdenas, de Torreón y con raíces en Saltillo, Coah. Los abuelos paternos fueron don Rafael de la Parra Bracho, heredero de la hacienda, y doña María de la Parra Fernández. Sus abuelos maternos fueron Miguel Viesca Vázquez y doña Carmen Cárdenas Valdés.
Actualmente don Rafael de la Parra Viesca y sus familiares, son los propietarios del casco de la Hacienda de San Diego de los Corrales, en el valle de Poanas, Nombre de Dios, Dgo., que funciona como Pequeña Propiedad, a raíz de la expropiación de las tierras en el Gobierno del General Cárdenas.
