Estudian damnificados de Piedras Negras interponer denuncia contra las autoridades.
Agencias
PIEDRAS NEGRAS, COAHUILA.- La alerta roja es permanente en la zona de desastre por las inundaciones, toda la noche del sábado y la mañana de ayer llovió en la ciudad fronteriza de Piedras Negras.
Por lo anterior, la acumulación de agua es de tres pulgadas, lo que provocó encharcamientos en las colonias Lázaro Cárdenas y Las Malvinas, pero la situación está controlada, aseguraron las autoridades municipales.
El alcalde, Claudio Bress Garza, pidió paciencia a la población para continuar con los trabajos; en sólo una semana se ha avanzado en 80 por ciento en la limpieza de las vialidades y patios, 107 máquinas retroexcavadoras, tortons, tráileres, han retirado más de 18 mil metros cúbicos de desechos.
La incertidumbre y el miedo volvió a inquietar a los damnificados por las inundaciones de hace una semana. Esta es una zona semiárida con temperaturas que rebasan los 40 y 48 grados centígrados, en la temporada de sequía y la “canícula” de junio a septiembre, en estos casos la población reza y hasta hace procesiones para que Dios les bendiga y les suelte el agua, después de la inundación, ahora ruegan “que ya no llueva”.
En la región Carbonífera, una fuerte granizada azotó la ciudad de Nueva Rosita, municipio de San Juan de Sabinas, declarado también zona de desastre; un número considerable de carros y camionetas de todos los modelos resultaron severamente dañados por el tamaño de los granizos que cayeron.
Las autoridades locales consideran difícil hacer el recuento de los daños a los automotores, pues es prioridad atender a los mil 800 damnificados y las 500 casas afectadas por la cresta del río Álamos que cobró una víctima el domingo cuatro de abril.
En Piedras Negras se cancelaron los festejos del Día de la Coneja, una de las fiestas más importantes de la región que se lleva a cabo cada Domingo de Resurrección.
Las familias hacían carne asada en las plazas, parques y principalmente en las orillas del río Escondido en la Villa de Fuente, poblado devastado por las aguas donde al menos dos mil 500 casas fueron dañadas o derrumbadas por el agua que se salió de su cauce. Ahora en lugar de diversión y asueto trabajan incansablemente para limpiar sus casas y patios.
Los únicos que tuvieron festejo fueron los niños de las colonias Delicias, Periodistas y Presidente y los 80 del poblado Villa de Fuente que aún permanecen en los albergues. El sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) municipal les llevó dulces y piñatas.
Pide Martínez no especular
¿La desgracia se pudo evitar? Todavía permanece la duda. Los vecinos de Villa de Fuente en Piedras Negras consideran poner una denuncia contra quien resulte responsable por negligencia de las autoridades municipales ya que consideran que si les hubieran avisado de la peligrosa creciente del río Escondido, muchas muertes humanas y pérdidas materiales se hubieran evitado.
Al respecto, Enrique Martínez invita a no especular y declara: “La verdad, las autoridades en la materia son las que tienen que dar el veredicto final en una reconstrucción de hechos. Lo cierto es que Villa de Fuente que fue la que se inundó más, tiene alrededor de cien años y nunca había entrado el agua ni siquiera cinco centímetros, lo que representa es que río Escondido no era de riesgo.
Hay quienes señalan que debe haber mediciones de la Comisión Nacional del Agua o acciones de prevención de parte de Protección Civil. Fue un hecho atípico, los mismos técnicos que saben de esto, afirman que es un fenómeno que se da en cientos de años.
Citó la inundación de Pïedras Negras en I954 cuando se desbordó el río Bravo, fue igual o más severa que ésta por eso digo que el río Escondido es que nunca había dado problemas, dice el gobernador del Estado.
Para él la lección que deja el desastre de Piedras Negras es: La gran capacidad de ayuda, de hermandad de apoyo, de reconstrucción que existe es impresionante y destaca que él ha sentido todo el apoyo de los coahuilenses y del mismo Presidente de la República que el mismo día que se comunicó con él, acudió a la zona devastada.