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Pese a restricciones, el amor entre policías se da

LUIS ALBERTO MORALES CORTÉS

EL SIGLO DE TORREÓN

GÓMEZ PALACIO, DGO.- La naturaleza humana orilla a buscar el amor. Las parejas sentimentales en las corporaciones policíacas no están permitidas, sin embargo existen. La clave está en no involucrar la familia y el trabajo... pero es difícil. En los casos extremos, los hechos de sangre entre parejas pueden alcanzar niveles sorprendentes.

María Soledad Romero Inzunza, de 32 años de edad, era una Policía Ministerial ejemplar, adscrita a la Coordinación de Órdenes de Aprehensión, en Culiacán, Sinaloa. Ahora se encuentra en el área de terapia intensiva. Si logra sobrevivir, podría ser sentenciada a 50 años de cárcel, máxima sanción por homicidio que se aplica en la entidad.

En una aguda depresión y una crisis emocional derivada de una ruptura sentimental, asesinó a sus dos hijas (de ocho años y ocho meses) y trató de suicidarse. La mujer estalló cuando el también agente ministerial, José Alberto Espinoza Cortés —padre de las menores—, decidió separarse de ella.

Sobre el caso, Arturo López Aguilera, director de Seguridad Pública de Gómez Palacio, comenta que no deberían existir las parejas por reglamento y además por ser un delito.

“Pero es el comportamiento humano, no podemos intervenir en esas situaciones, muchas de las veces no nos damos cuenta que hay una relación sentimental entre los elementos policíacos y sin embargo existe”.

Las largas jornadas de trabajo obligan a compartir el tiempo, la necesidad de contar con muestras de afecto son el principio, después se formalizan las relaciones y algunas concluyen en el matrimonio o la unión libre. También hay casos de relaciones extramaritales.

El problema no está en enamorarse o no, el problema está en que las parejas son formadas por dos personas que tienen acceso directo a armas de fuego, las cuales son peligrosas si uno de los involucrados tiene problemas de salud mental, que ante la falta de atención, se agravan.

Al respecto, Gilberto Estrada Quiñones, comandante de la Policía Ministerial, indica que anteriormente, las relaciones sentimentales entre agentes estaban prohibidas y uno de los enamorados estaba obligado a renunciar al puesto.

“Actualmente sí hay casos de matrimonios, pero es una situación privada, que no debe rebasar el ámbito laboral y si se llegara a presentar, el diálogo y la reubicación pueden ayudar a evitar mayores problemas”.

Arturo López asegura que un factor que influye en este tipo de relaciones es la misma jornada que dura 12 horas. “Es muy difícil, lo que se ha visto, es mucho trabajo, el salario es bajo, el estrés, la carga afectiva, el amor, se presenta una serie de situaciones que influyen en los agentes.

El jefe de la Policía Preventiva dice que en su corporación hay al menos dos casos de parejas sentimentales. “Sí se tiene conocimiento, de hecho, tratamos de que se eviten, que las mantengan fuera del trabajo”.

Atención psicológica

En la Procuraduría General de Justicia del Estado de Durango (PGJED) existe un área de atención psicológica, tanto para las víctimas del delito, como para los agentes ministeriales. El departamento es de gran utilidad si se usa por los elementos y puede evitar que sucedan tragedias.

Por el uso de las armas de fuego como herramienta de trabajo, el departamento de psicología hace evaluaciones del personal cada dos años y los resultados son confidenciales. “Sólo cuando se detecta algún síntoma, se hace del conocimiento al agente y se le sugiere un tratamiento”, señala Estrada Quiñones.

Los problemas comunes son la depresión y algunos otros trastornos que de inmediato se atienden. “La complicación se detecta no en el agente-paciente, sino en sus demás compañeros que ante la falta de cultura de la salud mental, los hacen objeto de constantes burlas”.

La apatía o la misma carga de trabajo hace que el policía desista de su tratamiento, con los riesgos que ello conlleva. En la comandancia regional hay dos casos recientes de atención, uno de ellos derivado del divorcio de un agente que se transformó en una depresión y a la fecha es atendida.

Por su parte, la Dirección de Seguridad Pública Municipal, está gestionando el servicio. “Hablamos ya con Fernando Martínez, psicólogo de una institución académica, ya hemos platicado un poco, estamos muy interesados en el mejoramiento de la vida del policía, en la calidad de vida”, señala por último, Arturo López.

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