SANTIAGO DE CHILE.- Pese a tener varias bajas que podrían mermar su potencia, sobre todo en la defensa, la selección de Chile espera ganar hoy a Brasil, en la séptima jornada de las eliminatorias del Mundial de Alemania 2006.
Así lo señalaron ayer los jugadores que dirige Juvenal Olmos, que fiel a su costumbre ha jugado a los misterios en cuanto a la formación de su equipo y sólo ha revelado algunos trazos gruesos de la táctica que opondrá para frenar a los cinco veces campeones mundiales.
Brasil llegó a Santiago el jueves y su estancia ha sido relajada, como pudieron comprobarlo los 1,500 aficionados que presenciaron el entrenamiento vespertino del viernes y pudieron compartir con los jugadores.
La plantilla chilena ha trabajado a puerta cerrada en los últimos días y se esperaba que en la práctica vespertina del viernes Olmos probara la probable formación titular, pero nada de ello ocurrió y el trabajo consistió en 45 minutos de "tenis-futbol".
No obstante, Olmos conversó largamente con algunos jugadores, como el lateral Cristián Álvarez, lo que, según las costumbres del técnico, es un indicio de sus planes.
Antes del partido con Venezuela, el pasado martes, Chile había perdido al centrocampista Luis Jiménez, por una apendicitis y a Marcelo Salas, su máximo referente, a causa de un desgarro.
En el partido que Chile ganó a Venezuela en San Cristóbal (0-1), Olmos perdió al central Jorge Vargas, por un desgarro en el aductor derecho y al delantero Mauricio Pinilla, que recibió su segunda amarilla y quedó suspendido.
El jueves se desgarró de la pierna derecha Pablo Contreras, el seguro sustituto de Vargas y los problemas para Olmos aumentaron.
Olmos ha subrayado que no enviará marcaje personal contra Ronaldo ni ningún otro jugador brasileño y que jugará con cuatro defensores en el fondo. "Jugar con tres frente a Brasil es casi un suicidio", afirmó.
En ese contexto, baraja dos fórmulas para la defensa, una con Álvarez, Rojas, Olarra y Pérez y otra con Rojas, Fuentes, Olarra y Pérez.
En la parte de arriba, también ha trabajado dos posiciones: un delantero único, Reinaldo Navia, apoyado por David Pizarro y Milovan Mirosevic, o bien dos hombres en punta, Navia y Sebastián González, con sólo Pizarro en la creación.
Ambas fórmulas cuentan con la capacidad de Claudio Maldonado y Mark González para sumarse al ataque.
En el equipo brasileño, Carlos Alberto Parreira tiene menos problemas, pues desde antes de viajar a Chile había decidido que Edú reemplazaría al suspendido Ze Roberto.
A esa novedad podría sumarse el retraso de Edmilson a la defensa y la aparición de Gilberto Silva como volante por la izquierda, que significaría la salida de Juan, que fue titular el pasado miércoles contra Argentina (3-1).
Ambos equipos tenían previsto para ayer un reconocimiento vespertino del campo del Estadio Nacional, que para el partido estará colmado, pues las 63,000 entradas disponibles se agotaron hace más de una semana.
Si se tiene en cuenta las personas que tienen pases libres (autoridades, parlamentarios, dirigentes, todos con sus familias), se prevé que habrá unas 70,000 personas presenciando el partido, que fue declarado de alto riesgo y contará con un fuerte dispositivo de seguridad.
En la reventa, las entradas han hasta sextuplicado su valor, pues una galería (popular) que vale 6,000 pesos (9,52 dólares) se vende en 30,000 pesos (47,61 dólares) en los alrededores del estadio.
Alineaciones probables:
Chile: Nelson Tapia; Cristián Álvarez (Luis Fuentes), Ricardo Rojas, Rafael Olarra, Rodrigo Pérez; Rodrigo Meléndez, Claudio Maldonado, Mark González, David Pizarro; Reinaldo Navia y Sebastián González (Milovan Mirosevic). DT: Juvenal Olmos.
Brasil: Dida; Cafú, Edmilson, Roque Junior, Roberto Carlos; Gilberto Silva, Juninho Pernambucano, Edú, Kaká; Ronaldo y Luis Fabiano. DT: Carlos Alberto Parreira.
Árbitro: Horacio Elizondo, de Argentina, auxiliado por sus compatriotas Rodolfo Otero y Darío García.
Estadio: Nacional, de Santiago de Chile.
Hora: 21:30 (01:30 GMT del lunes).
