“Amo demasiado a mi país para ser nacionalista”. Albert Camus
Este domingo pasado el periódico La Jornada cabeceó su nota principal: “Descubre Cuba un prometedor pozo de crudo”. El artículo, escrito por el corresponsal Gerardo Arreola, señalaba que Fidel Castro había anunciado el 24 de diciembre, en una reunión a puertas cerradas de la Asamblea Nacional del Poder Popular (el parlamento cubano), el descubrimiento de un yacimiento petrolero marino muy cercano a la costa de Santa Cruz del Norte con reservas mínimas de 100 millones de barriles.
En un editorial el periódico, que nunca ha ocultado su simpatía por el Gobierno cubano, señaló que ésta es “sin duda una buena noticia para Cuba, país que depende de las importaciones petroleras y que tan sólo produce un tercio de su consumo nacional”. Pero lo más interesante de este descubrimiento es que se ha producido en una zona de las aguas territoriales cubanas concesionada a una empresa privada extranjera, la canadiense Sherritt.
El que Cuba otorgue concesiones de exploración y explotación de petróleo en su territorio a empresas privadas extranjeras será sin duda una sorpresa y una decepción para muchos políticos mexicanos. Éstos han visto desde hace décadas a Cuba como un ejemplo de la defensa de la soberanía de un país. Pero ellos mismos se oponen a las concesiones petroleras en nuestro territorio por considerar que esto sería un atentado contra la soberanía nacional.
El Gobierno cubano tiene muy buenas razones para buscar el apoyo de empresas privadas extranjeras en su búsqueda de petróleo. La amenaza a su soberanía por parte del Gobierno estadounidense sí es real. Ante la enorme presión a la que está sometido el país, los funcionarios cubanos saben que para preservar su soberanía es crucial desarrollar el petróleo que pueda existir en su territorio. Es mejor el apoyo de empresas privadas como Sherritt, que se someten a reglas razonables, que seguir sufriendo la escasez de combustible que tanto daño le ha hecho al país y al pueblo cubano.
El concepto de soberanía de los cubanos, al contrario del que sostienen tantos políticos mexicanos, encabezados por el senador priista Manuel Bartlett, es el correcto. Proteger la soberanía de un país es fortalecerlo: es dar a sus habitantes un mejor nivel de vida. La soberanía no se mide por el número de monopolios propiedad del Gobierno. El Gobierno cubano está apuntalando la soberanía al permitir la inversión privada en el sector petrolero con el fin de generar el combustible que tanto necesita el país para darles a los cubanos un mejor nivel de vida.
En su editorial La Jornada cita al canciller cubano Felipe Pérez Roque para señalar que el embargo estadounidense en contra de Cuba, que ha durado ya 44 años, le ha costado al país 80 mil millones de dólares. No sé si la cifra es correcta, pero no hay duda de que el embargo ha sido un lastre muy pesado para el pueblo cubano.
Uno pensaría que los estrategas de Washington habrían entendido ya que una política que no ha funcionado en 44 años en su propósito de derrocar al Gobierno comunista de Fidel Castro, y que sólo ha servido para empobrecer al pueblo cubano, debe considerarse como un fracaso completo.
Lo más razonable sería buscar otras formas de persuadir a los cubanos de buscar un cambio de régimen.
Pero mientras que el embargo contra Cuba ha fracasado, la política de apertura comercial hacia China ha tenido un éxito muy significativo. La República Popular de China ha abandonado gradualmente el comunismo debido a los incentivos de mercado. Por eso China ha sido desde hace años la economía de crecimiento más rápido del mundo.
El hallazgo de un importante yacimiento de petróleo en las costas de Cuba es una buena noticia, pero es importante que la leamos bien para entender sus lecciones.
Para los cubanos es un paso adelante en un enorme esfuerzo por combatir el embargo estadounidense y una ratificación de que la apuesta de abrir su sector energético a la inversión privada extranjera ha sido exitosa. Para los estadounidenses es una nueva señal de que el embargo contra Cuba sigue sin cumplir con el objetivo de acabar con el comunismo en la isla mientras que la estrategia opuesta en China sí ha dado resultados.
Para los mexicanos es la comprobación de que nosotros mismos nos estamos haciendo nuestro embargo. Washington no ha tenido que ordenar un bloqueo a nuestro sector energético. Nuestros políticos se han encargado de hacerlo y con ello han debilitado enormemente nuestra soberanía.
Cuarenta y cinco
Este primero de enero se cumplirán 45 años del triunfo de la revolución de Fidel Castro. El comandante cubano ha durado más en el poder que cualquier dictador del siglo XX. Pero no lo habría podido hacer si Washington no hubiera hecho todo lo necesario para facilitarle esa permanencia.
Correo electrónico:
sergiosarmiento@todito.com