PUERTO PRÍNCIPE, HAITÍ.- El agravamiento de la situación en Haití tras controlar los rebeldes varias poblaciones ha multiplicado en las últimas horas los llamamientos para que la comunidad internacional actúe con el fin de sofocar la crisis.
El primer ministro de Haití, Yvon Neptune, pidió ayer a la comunidad internacional el envío de tropas para enfrentarse a los grupos armados que mantienen el control de Gonaives (norte) desde el pasado día cinco y desde ayer, en Hinche (noreste).
Neptune dijo a los periodistas en Puerto Príncipe que la policía haitiana, que cuenta con unos cinco mil efectivos, no es un ejército, al exponer sus limitaciones para combatir a los rebeldes, que ocupan varias poblaciones más pequeñas.
Acusó de los actos de violencia registrados a algunas personas y organizaciones, entre ellas el Frente de Liberación y Reconstrucción Nacionales, hasta hace unos días denominado Frente de Resistencia Anti-Aristide y antes conocido como Ejército Caníbal, que controla Gonaives e Hinche.
El lunes el presidente haitiano, Jean-Bertrand Aristide, dijo una vez más que no renunciará al cargo, pese a que la presión política cada vez más fuerte de la oposición para que lo deje se ha transformado desde hace dos semanas en acoso armado y rebelión.
Hinche, a 128 kilómetros de la capital y cerca de la frontera dominicana, cayó el lunes en poder de los rebeldes, que anunciaron que su próximo objetivo es desalojar a las fuerzas gubernamentales de Cabo Haitiano, como primer paso para tomar Puerto Príncipe.
Los manifestantes antigubernamentales asaltaron la comisaría de Hinche, la incendiaron y dieron muerte al jefe de policía y a dos guardaespaldas, huyendo el resto de agentes a la vecina Mirebalais, reforzada ayer por las fuerzas de seguridad ante la posibilidad de un ataque rebelde.
El asalto a Hinche fue perpetrado por medio centenar de individuos armados supuestamente encabezados por Louis Jodel Chamblain, un antiguo jefe paramilitar que colaboró en el golpe de Estado castrense que derrocó a Aristide en 1991, durante su primer mandato.
El Gobierno de República Dominicana, único país fronterizo de Haití y que ya empieza a sentir los efectos de la crisis haitiana, exhortó ayer a la comunidad internacional a actuar con “más urgencia” frente a la espiral de violencia que sacude a sus vecinos.
El ministro de Relaciones Exteriores dominicano, Francisco Guerrero destacó que “las disputas” en Haití, donde han muerto al menos 55 personas en protestas y disturbios en las últimas semanas, “deben ser resueltas por vía del diálogo y la concertación”.
Las Fuerzas Armadas dominicanas mantienen reforzada desde hace dos semanas la zona fronteriza entre República Dominicana y Haití, pero ya se han producido incidentes armados aislados en los tres últimos días, en los que murieron dos soldados dominicanos.
Mientras, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega confirmó ayer que está preparando una reunión en ese país entre representantes del Gobierno y la oposición haitianos, cuyos detalles se ignoran.
Por su parte, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Dominique de Villepin, planteó ayer la conveniencia de enviar a Haití “una fuerza de paz” ante la rápida degradación de la situación en la más densamente poblada de las llamadas Grandes Antillas. “Muchos países están dispuestos a participar” dijo Villepin al tiempo que recordaba que todo debía hacerse “en relación con el conjunto de nuestros aliados en el marco de la ONU”. El ministro recordó que Francia dispone de fuerzas en la zona “gracias a la proximidad de los departamentos de Antillas-Guayana” y “una buena experiencia y competencia en materia de intervención humanitaria”.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, manifestó ayer a los periodistas que el organismo está dispuesto a tener una participación más activa para resolver el conflicto.
“Estamos hablando con la Comunidad del Caribe (Caricom) y la Organización de Estados Americanos (OEA) para reevaluar nuestra participación y cómo nos podemos implicar más activamente. Es por eso que podría hacer algún anuncio en los próximos días”, destacó.
La ONU hasta ahora sólo ha enviado una misión a Puerto Príncipe para evaluar la estrategia del organismo mundial con el fin de mejorar la asistencia humanitaria a la población.
El secretario de Estado de EU, Colin Powell, descartó, por su parte, el envío de militares o policías a Haití para frenar la violencia y expresó su preocupación por “el serio problema humanitario” que se vive en el país caribeño.
“La discusión que tuvimos la semana pasada (en Washington) con Caricom y la OEA tenía qué ver con el envío de policías para cimentar un arreglo pacífico, no para detener la violencia en curso”, manifestó.
Powell subrayó que lo prioritario es “encontrar una solución pacífica” y luego examinar el posible envío de fuerzas de seguridad extranjeras que garanticen “un acuerdo político”, aunque reconoció que la oposición “está tomando una nueva dimensión”, con mayor influencia de los grupos violentos.
“No podemos aceptar una propuesta de que el Presidente elegido (Aristide) tenga que ser expulsado del poder hecha por bandidos y gente que no respeta la Ley, que son los que han traído la violencia”, recalcó.