20 de septiembre 2004.
EL CAIRO, (Reuters).- El derrocado presidente de Irak Saddam Hussein está deprimido y le ha pedido al gobierno iraquí que tenga piedad, dijo el primer ministro de Irak, Iyad Allawi, en una entrevista publicada el lunes.
"Está angustiado y deprimido", dijo Allawi en referencia a Hussein, el hombre que fue presidente de Irak por 24 años y que ahora aguarda el juicio por cargos de crímenes contra la humanidad y genocidio.
"Hussein y sus colegas no son los gigantes que se refieren a veces los medios de prensa. Hussein nos envió un mensaje oral en el que pedía piedad. Dijo que estaban trabajando por el interés público y que no quiso provocar ningún daño", dijo Allawi en una entrevista con el periódico pro árabe al-Hayat.
El primer ministro dijo también que había sobrevivido a cuatro intentos de homicidio desde que su gobierno interino asumió el poder en junio, el último hace tan sólo cinco días cuando sus guardias sospecharon de un automóvil afuera de los límites del complejo de viviendas denominado Zona Verde.
En las instalaciones de la Zona Verde se encuentran las oficinas del gobierno, la embajada de Estados Unidos y las delegaciones de otras naciones.
El automóvil luego estalló y se inició una batalla entre los guardias de Allawi y un grupo de hombres armados. Dos árabes no iraquíes fueron arrestados, dijo el primer ministro.
Allawi no reveló la nacionalidad de los detenidos pero dijo que pertenecían a grupos de radicales islámicos.
Abu Musab Al Zarqawi, un radical jordano que Washington dice que está vinculado a Al Qaeda, ha amenazado con matar a Allawi, quien considera al radical como "despreciable sobre todo para todos los iraquíes y para Irak".
"Que alguien que parece estar conectado con organizaciones internacionales, llegue y amenace al primer ministro, quienquiera que sea, es inaceptable", dijo Allawi.
La agrupación Tawhid y Yihad de Al Zarqawi se atribuyó la mayoría de los sangrientos ataques suicidas en Irak desde el derrocamiento de Hussein por la guerra liderada por Estados Unidos el año pasado.
Allawi brindó una afirmación prudentemente favorable sobre las relaciones con el vecino Irán, país que se enfureció por las acusaciones estadounidenses e iraquíes de que Teherán había estado incrementando las tensiones en Irak.
Allawi dijo que lo que él denominó interferencias iraníes en algunas cuestiones iraquíes no implicaba que el gobierno estuviera involucrado.
"Proviene más de sectores que apoyan tendencias religiosas particulares", dijo Allawi.
"Ese fue el caso con la cuestión de Muqtada Al Sadr, que no abordamos como una cuestión de movimiento religioso sino como una violación de la ley, que es algo que no podemos tolerar", indicó Allawi.
Algunos políticos en Irán, una nación de fe musulmana Shiita, han dicho que apoyarían activamente al movimiento del clérigo rebelde chiíta en las batallas contra las fuerzas estadounidenses y las rebeliones en la ciudad sagrada de Nayaf.
Oficialmente, Irán dice que no apoya a ningún grupo en Irak Allawi tiene previsto visitar Teherán, que ha dado un tibio apoyo a su gobierno interino, pero aún no se ha fijado una fecha para el viaje.
El primer ministro iraquí reafirmó su compromiso de realizar las planificadas elecciones de enero en la vasta mayoría de los territorios iraquíes, aún si la inseguridad impedía que se desarrollaran en algunos pocos lugares.
"Aquellos que no pueden participar podrán hacerlo en las próximas elecciones. Pero espero que hayamos podido estabilizar la situación de seguridad en enero", indicó Allawi.