15 de abril de 2004.
Madrid, España, (EFE).- El candidato a la presidencia del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró hoy que España "asumirá las obligaciones internacionales que le correspondan en defensa de la paz y de la seguridad", pero siempre con el mandato de la ONU o cualquier otra organización multinacional.
El "Gobierno seguirá firmemente comprometido con la estabilidad, la democratización y la reconstrucción de Irak, pero no sin los iraquíes, ni contra los iraquíes", aseguró el líder del Partido Socialista (PSOE) en su discurso de investidura en el Congreso de los Diputados.
"Mi postura sobre la presencia de tropas españolas en Irak es bien conocida, así como sus argumentos y razones, y no cabe malinterpretarla", advirtió Rodríguez Zapatero.
Tras ganar las elecciones generales el pasado 14 de marzo, el líder socialista anunció que retiraría las tropas españolas destacadas en Irak antes del 30 de junio si la ONU no asumía el control sobre la zona.
España mantiene en ese país árabe a mil 200 soldados integrados en la Brigada Plus Ultra, de la que también forman parte militares centroamericanos.
La complicada situación que atraviesa Irak fue uno de los principales asuntos tratados por el candidato a la presidencia del Gobierno español durante la hora y cuarto que duró su discurso de investidura ante la Cámara baja.
También aseguró que no permitirá "que se ponga en cuestión" el firme compromiso de España "con la seguridad internacional y en la lucha contra el terrorismo".
Consideró que "día a día seguimos siendo testigos del continuo deterioro de la situación en Irak, que se aleja cada vez más de la paz y la estabilidad que todos deseamos", por lo que estimó "urgente que los iraquíes recuperen su soberanía y puedan organizar libre y democráticamente sus elecciones".
"España desea un Irak que mantenga su integridad territorial y en el que todas sus comunidades puedan sentirse partícipes de un futuro común", dijo el candidato a presidente del Gobierno.
Al iniciar su discurso, rindió un homenaje a las víctimas de los atentados del 11 de marzo en Madrid, en los que murieron 192 personas, y recordó "a los españoles que han perdido la vida en Irak" para "mirar, unidos, al futuro".
En esta exposición, también reiteró su compromiso europeísta y su deseo de avanzar para la firma de la futura Constitución Europea.
Rodríguez Zapatero abogó igualmente por estrechar los lazos de España con Latinoamérica y con los países del Mediterráneo y, especialmente, con Marruecos, país que visitará en los próximos días.
En cuanto a asuntos de política interna, como la inmigración, propuso al resto de partidos un pacto de estado basado en el control del flujo de inmigrantes y su integración en la sociedad española.
Entre sus propuestas sociales, figuran facilitar el acceso a la vivienda de los más desfavorecidos, así como aumentar la calidad de la educación y reconocer el derecho al matrimonio de las parejas homosexuales.
En el plano económico, el candidato del PSOE defendió la estabilidad presupuestaria, con un crecimiento equilibrado, y se comprometió a no aumentar los impuestos.
Sus compromisos políticos también abarcan una reforma "concreta y limitada" de la Constitución española, "a través de un consenso básico" entre todas las fuerzas políticas.
Detalló que esos cambios deberían referirse a la reforma del Senado (Cámara alta) y a la eliminación de la discriminación de la mujer en el acceso a la Corona.
Durante esta sesión de investidura, los socialistas esperan contar con los apoyos suficientes entre el resto de los grupos políticos de la Cámara para lograr la investidura de Rodríguez Zapatero en una primera votación.
El candidato socialista afronta esta sesión para convertirse en el quinto presidente del Gobierno español desde la restauración de la democracia con el apoyo de los 164 diputados del PSOE, los cinco de la coalición Izquierda Unida (IU-ICV) y el del único parlamentario de la regionalista Chunta Aragonesista (CHA).
Se espera además que los ocho diputados de la independentista Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y los dos nacionalistas gallegos del BNG voten afirmativamente, otorgando así al candidato socialista 180 sufragios, cuatro más de los precisos para ser elegido en primera vuelta.
