20 de enero de 2004.
En las últimas semanas los chiítas han estado exigiendo la realización de elecciones libres en Irak
BAGDAD (AP).- Unos 5.000 chiítas marcharon el martes en Bagdad exigiendo la ejecución de Saddam Hussein, en la más reciente demostración de fuerza por parte de una comunidad religiosa reprimida durante décadas por el ex dictador.
"Saddam es un criminal de guerra, no un prisionero de guerra ... ejecuten a Saddam", gritaron los manifestantes. Se cree que es la primera demostración pública en Irak en que se exige la muerte de Saddam desde que fue capturado por soldados estadounidenses el 13 de diciembre.
También el martes fue realizada una protesta similar por parte de centenares de chiítas en la ciudad sureña de Nayaf, uno de los sitios sagrados de esa secta islámica.
Los chiítas han comenzado a hacerse oír en recientes semanas, especialmente en el sur de Irak. Pero la mayoría de sus manifestaciones han sido para oponerse al plan estadounidense para transferir el poder.
El martes, millares desfilaron en la ciudad sagrada de Karbala exigiendo elecciones y denunciando la ocupación del país por parte de Estados Unidos.
Las concentraciones fueron mucho más pequeñas que la del lunes, cuando unos 100.000 chiítas desfilaron en la capital iraquí para exigir elecciones directas, rechazando el proyecto estadounidense de entregar el poder el primero de julio a un gobierno provisional no electo por la población sino por asambleas regionales.
Un comunicado de los manifestantes dijo que Saddam debe ser juzgado en una corte iraquí por crímenes contra la humanidad. "Expresamos nuestro rechazo y condena a la injusta decisión estadounidense" de considerarlo prisionero de guerra, indicó el comunicado.
Los manifestantes que marcharon desde ciudad Sadr a la plaza Firdous, en el centro de Bagdad, portaban carteles con la fotografía del líder chiíta Muqtada al-Sadr, hijo de un clérigo asesinado en 1999 por presuntos agentes de Saddam.
Enfrentado con la creciente oposición chiíta, el gobierno de Estados Unidos pidió el lunes a las Naciones Unidas enviar un equipo a Irak para determinar si pueden realizarse elecciones en las condiciones exigidas por la mayoría religiosa del país.
Estados Unidos espera que el equipo determine que elecciones tempranas no son factibles y convenzan al líder chiíta, el gran ayatolá Alí al-Husseini al-Sistani, de que sus exigencias no pueden ser satisfechas.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo que está analizando la solicitud estadounidense.
Se estima que los chiítas representan un 60% de los 25 millones de iraquíes, pero no tuvieron la menor influencia durante los 35 años en que gobernó Saddam, un sunita. Millares de chiítas fueron ejecutados por el régimen derrocado por Estados Unidos en abril del año pasado.