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Pierde el ejido su territorio

CRISTAL BARRIENTOS TORRES

En vías de extinción| Ante las pocas oportunidades de trabajo los jóvenes deben abandonar el campo

EL SIGLO DE TORREÓN

Con el crecimiento de la mancha urbana se incrementan los problemas sociales en las comunidades rurales

TORREÓN, COAH.- En las tierras donde antes hubo cultivos, ahora hay campos de golf, fraccionamientos exclusivos, escuelas particulares o centros comerciales. Por eso, los jóvenes, en lugar de utilizar el azadón o la pala para ganarse la vida como lo hacían sus padres, esperan en las afueras de sus comunidades los camiones de las maquiladoras o se desempeñan en cualquier trabajo mal pagado en la ciudad.

El crecimiento de la mancha urbana ha traído como consecuencia la construcción de sectores habitacionales, pero también un cambio de vida en las comunidades rurales. A algunos jóvenes ya no les interesa trabajar en la tierra de sus padres y otros ya no tienen hectáreas qué sembrar.

Jesús Torres Fraire, coordinador de la zona seis del área rural, señala que en los últimos diez años, l6 ejidos han sido absorbidos por la mancha urbana, otros 35 carecen de comisariados y siete más sufrieron ampliaciones.

Considera que la vida en el área rural se ha modificado de una manera radical. ?La ciudad crece y el ejido va perdiendo su territorio. Hay otra serie de factores que han ido afectado a la comunidad como la pérdida de identidad cultural y de valores comunitarios?.

Los jóvenes, dice, son hijos de campesinos pero ya no trabajan la tierra, ahora laboran en la ciudad por un salario mínimo. Torres Fraire considera que hay un desajuste social porque las mujeres trabajan de día como domésticas y los hombres de noche en las maquiladoras.

En consecuencia, la desintegración familiar es otro problema en las comunidades rurales, pues ante la falta de oportunidades, los jóvenes se ven en la necesidad de emigrar a ciudades fronterizas a o los Estados Unidos.

Y no sólo los jóvenes que no terminaron sus estudios emigran, también aquéllos que cuentan con una profesión. Jesús Torres Fraire considera que entre más avanza la mancha urbana surgen conflictos sociales en el área rural.

Tal es el caso del consumo de drogas: ?la adicción es más grave y eso se observa en las comunidades que colindan con la ciudad, en los ejidos lejanos esta situación aún es controlable?, señala el funcionario municipal.

La situación que viven los jóvenes campesinos, considera, es motivada por la influencia de culturas extranjeras, sobre todo en aquéllos que se han ido a vivir a los Estados Unidos o a las ciudades fronterizas, porque regresan con costumbres diferentes a las de sus comunidades rurales.

?Al no haber trabajo en el campo, el joven se va y encuentra otro estado de vida y vuelve con otra mentalidad, incluso en muchos casos ya no regresa y deja a su esposa e hijos. Por la pérdida de la identidad cultural, reniegan de decir el lugar a donde pertenecen?.

Pero no todo está perdido en el medio rural. A decir de Torres Fraire, hay tradiciones que aún se pueden rescatar e impulsar como las fiestas patronales, es decir, religiosas, pues unen tanto a adultos como a jóvenes.

Un ejemplo es el ex ejido Nueva California, mismo que se encuentra dentro de la mancha urbana. Cada cuatro de julio celebra sus fiestas patronales. Igual sucede en San Antonio de los Bravos cada 13 de junio.

?Año con año celebran sus fiestas religiosas, eso hay que rescatarlo y preservarlo. La solidaridad en los funerales tampoco se ha perdido al igual que las reliquias, son manifestaciones culturales que siguen conservándose en las comunidades rurales, la resistencia a preservar ciertas tradiciones y valores, es fuerte a pesar de que la ciudad ya se los comió?.

Las fiestas patronales se han modificado porque antes los campesinos acostumbraban llevar a las iglesias el fruto de sus cosechas como el maíz, el melón, la sandía, la espiga o el algodón, pero ahora ya no hay tierras qué sembrar ni producto qué ofrecer.

Los adultos mayores son los más afectados por la falta de apoyos al campo y su edad es el principal impedimento para conseguir trabajo en la ciudad, además sus manos no saben hacer otra cosa que sembrar tierras, dice Torres Fraire.

?Todas las comunidades rurales que están cercanas a la ciudad ya no tienen tierras, hay gente de la ciudad que va en busca de los terrenos rurales porque son baratos, antes en los ranchos todos se conocían y ya no es así, lo del domicilio conocido ya no se usa?.

Ante la falta de oportunidades para la gente del campo, Jesús Torres Fraire considera que es importante el apoyo de los tres niveles de Gobierno.

Nueva ruralidad

Hilda Hernández Alvarado, socióloga y catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila (U A de C), considera que los jóvenes del medio rural están viviendo un proceso de transformación de la identidad.

Algunos cambios, dice, tienen que ver con cuestiones económicas porque en la actualidad los jóvenes se involucran en actividades distintas a las que tradicionalmente habían tenido en el campo como la agricultura.

Sin embargo, en los últimos tiempos está cambiando la balanza porque ahora hay participación de la población rural en actividades que ya no se pueden catalogar como eminentemente agrícolas o agropecuarias.

Por eso la familia rural ya no es matriarcal, porque los jóvenes están adquiriendo mayor importancia porque contribuyen a la manutención de la casa, se sienten con derecho a decidir, según considera la catedrática.

?Al insertarse en la actividad económica tienen la capacidad de tomar decisiones. En el caso de las comunidades, las mujeres jóvenes tienen mucha capacidad de decidir, incluso más que los padres, porque las decisiones dependen de la aportación económica, desgraciadamente en esa lógica se mueven los seres humanos, más allá del respeto, del amor, que tradicionalmente se le tiene a los padres?.

?La transformación tiene que ver con las cuestiones productivas y culturales, aquí tendríamos que hablar de la construcción de nuevas identidades, estamos hablando de jóvenes que ya no les llama, no les significa lo mismo la actividad agrícola?.

Y añade: ?los viejos le reclaman a los jóvenes de su desinterés o su pasividad ante los problemas del campo y los jóvenes critican a los viejos porque piensan que siguen aferrados a la estructura agrícola, nos encontramos ante un choque o enfrentamiento entre las formas de entender lo que tiene que ser la vida del sujeto de las comunidades rurales?.

La difícil situación económica, agrega, ha obligado a que haya una mayor participación de la mujer en el aspecto laboral, así obtienen mayores ingresos en las familias, ?en los ejidos es común verlas esperando los camiones de las maquiladoras?.

La mayoría de los laguneros, señala, tienen parientes o conocidos fuera del Estado, en ciudades fronterizas o en los Estados Unidos, ?pero ellos no se desligan totalmente, así es como se da este flujo migratorio que tiene que ver con características económicas, determina también un flujo de informacio-nes, de interpretar la vida y de formaciones?.

Según la socióloga, el fenómeno de la migración permite tener acceso a otras formas de vida y transformar la propia, por eso los jóvenes que se van a trabajar a Estados Unidos o ciudades fronterizas, regresan a sus comunidades con diferentes maneras de actuar, de hablar y de pensar.

?Si hay una transformación en el contacto cotidiano con la familia y amigos, entonces estamos viendo un nuevo cambio en estas comunidades rurales, los teóricos le han llamado una nueva ruralidad o una nueva urbanización, donde ya es muy difícil establecer divisiones entre lo que es rural y urbano?.

Dice que convencionalmente se ha definido a las comunidades rurales por el número de habitantes y la carencia de servicios públicos, pero en la actualidad esos factores han sido rebasados por la realidad.

?Esto ha obligado a las personas que se han dedicado a estudiar lo rural, ha realizar nuevos plantea-mientos teóricos y analíticos, como este concepto de nueva ruralidad o reurbanización para tratar de entender esta mezcla de características, las fronteras se difuminan?.

Visiones encontradas

A los cambios de identidad entre los jóvenes del medio rural, se agrega el fenómeno del ?rentismo? de tierras y la escasez de agua en La Laguna, pero sobre todo las visiones encontradas sobre la transforma-ción de las comunidades rurales.

Hilda Hernández Alvarado comenta que, bajo esas circunstancias, es difícil que las costumbres del campo permanezcan. ?Es lógico que los jóvenes digan: ?para qué me dedico a eso?, a nosotros nos parece racional, nos enfrentamos a la paradoja: por un lado tratar de que la identidad rural permanezca como el amor a la tierra y por el otro lado la escasez de agua obliga a que estas cosas pasen, es una situación compleja?.

Así, señala, surgen las visiones distintas, por un lado están quienes piensan que la construcción de centros comerciales o fraccionamientos exclusivos, es un signo de abandono o de desprotección, de falta de apoyos al campo, pero otros lo ven como un indicador de progreso.

?El joven que vive en el campo y que ya no se siente tan rural sino un poblador de la ciudad no lo ve con malos ojos. Pero vamos a encontrar al otro grupo, el de los adultos mayores, que piensan que es un signo de abandono?.

La socióloga advierte que hay más situaciones en las que la visión de padres e hijos campesinos se contrapone como es el caso de la celebración del Reparto Agrario.

?Los viejos, a pesar de la problemática rural, lo siguen viendo como algo a lo que hay que celebrar, pero los jóvenes lo ven desde otra perspectiva, dicen: qué vas a celebrar, la pobreza, la marginación?.

A decir de Hilda Hernández Alvarado, por las circunstancias actuales del medio rural no se prevé un futuro favorecedor, al contrario: la población de las comunidades disminuirá. ?¿Qué podemos esperar sin apoyo, agua, créditos??.

Ante la interrogante, la catedrática señala que se podría esperar un escenario bastante desastroso, sin embargo, una perspectiva optimista contemplaría un nuevo ciudadano de las comunidades rurales, por eso considera que es importante adaptar y conjuntar las necesidades del área urbana y rural.

AL DETALLE

De acuerdo a la Dirección de Desarrollo Humano y Participación Ciudadana, en Torreón hay:

35 ejidos

16 comunidades ya están dentro de la mancha urbana

Siete sectores han sido ampliados

FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón

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