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Pinochos verdes/Diálogo

Yamil Darwich

Un nuevo escándalo ocupa la atención de los mexicanos; el caso del joven conocido como “Niño Verde”, que es Senador de la República Mexicana, Jorge Emilio González Martínez, que fue exhibido en una videocinta de elaboración casera en pleno acto de corrupta negociación.

En ella, el mismo joven Senador pide le aclaren cuánto va a recibir por intervenir a favor, utilizando sus capacidades para el tráfico de influencias y obtener permisos de construcción para un desarrollo turístico, a lo que le contestan que serán dos millones de dólares, equivalentes a más de veinte millones de pesos. Contundente.

Lo más vergonzante y doloroso para la política nacional es que la denuncia la hace uno de sus compañeros de partido, que afirma haber sido amigo del Senador, el señor Santiago León Aveleyra, que de paso incluye en el chisme de revista de escándalos al mismísimo secretario de Gobernación de México, licenciado Santiago Creel Miranda.

Los antecedentes del Partido Verde Ecologista de México han sido cuestionados desde su fundación, habiendo quienes aseguran que nació por interés político, para fraccionar en lo posible a la oposición del entonces régimen gobernante; otros investigadores y editorialistas han acusado al grupo organizado de oportunistas, negociantes y nepotistas, que reparten poder y dinero entre familiares y amigos.

El asunto se torna más grave cuando el propio alcalde del municipio Benito Juárez de Quintana Roo, señor Juan Ignacio García Zalvidea, rechaza comprometerse en el caso declarando coloquialmente: “posiblemente le hayan puesto una trampa, pero él es quien tiene que aclararlo”, refiriéndose al Senador y más adelante responde a la pregunta hecha por el periodista de que si está dispuesto a “meter las manos al fuego” por el acusado, contestando: “no meto las manos en la lumbre porque no soy quesadilla. El que tiene que aclarar los hechos es el Senador. Cada quién es responsable de sus propios actos”, finalmente recomienda en el caso, la renuncia a la Senaduría por parte del acusado, a fin de que pueda defenderse y demostrar su inocencia.

Lo desconcertante es que el joven González afirmó que ya había enterado al cabildo de las propuestas indecorosas y que “fue víctima de una chamacada”.

La información empieza a fluir sorprendiéndonos a todos, como la denuncia hecha por un investigador periodístico del Distrito Federal, que narra en su columna política una anécdota fulminante y escribe: “Una estampa que termina de dibujar al “Niño Verde”: hace unos seis meses en Londres, el senador Jorge Emilio González conversaba con estudiantes mexicanos que cursan allá maestrías y doctorados. Un joven le preguntó sobre los programas de su partido en defensa del medio ambiente mexicano. Y su respuesta dejó helados a los idealistas estudiantes: “A mí la ecología es lo que menos me importa, yo represento intereses...”, recuerde que estamos dialogando sobre el Partido Verde Ecologista, que sustenta su plataforma política en el cuidado a la naturaleza y la promoción de la democracia.

Las mentiras se vienen como un alud de nieve que crece al rodar en su caída, escuchando acusaciones y contraacusaciones con algunos argumentos que rayan en la simpleza, otros en el descaro y hasta el cinismo de los protagonistas principales, que han incluido en los dimes y diretes a sus familiares y colaboradores cercanos, involucrándose de inmediato representantes de otros partidos, que no pierden oportunidad de promover sus intereses políticos y atacar a los opositores con declaraciones que nos hacen pensar en lo triste y decepcionante de nuestra realidad nacional en cuestiones de mala política y politiqueros.

El caso es de especial gravedad cuando arrastra en su corriente, inclusive, a funcionarios de la Secretaría de Gobernación y a otros de la mismísima Presidencia de la República, quienes, desde luego, tratan de zafarse de la quema, si es que aún es posible.

Las declaraciones han sido vastas en uno y otro sentido: acabar con los fueros que permiten tales abusos; revisar estatutos del Partido Político en cuestión; amenazas de demandas y contrademandas legales, ...pan y circo para los mexicanos, que no acabamos de comprender cómo es que nos hemos plagado de sujetos de tan baja calidad moral.

Es claro que con estas sinvergüenzadas han llamado la atención del mundo, confirmando la idea que muchos extranjeros tienen de nosotros, que somos uno de los países que sufrimos de los mayores índices de corrupción. Malo para nuestra imagen cultural y pésimo para nuestros propósitos de hacer negocios que ayuden a mejorar nuestra economía interna que también se maneja en base a declaraciones que contraponen verdades y mentiras confundiéndonos.

A través de los años, el discurso político nacional se ha ido desgastando poco a poco; la calidad de las expresiones orales se van simplificando en detrimento del aprendizaje y el uso del idioma español, hasta llegar al uso de palabras vulgares; las discusiones han dejado de ser en base al conocimiento y la información y se han transformado en acusaciones y contraacusaciones, como ésas que la conseja popular definía como “chismes de vecindad”; la capacidad negociadora y de diálogo se ha perdido y, lo más triste, es que pareciera que la mentira es el argumento principal para crear caos y confusión.

Que distantes quedan en nuestra memoria aquellos oradores ilustres que proponían con inteligencia y utilizaban la riqueza de nuestro lenguaje para hacernos comprender sus ideas. ¿Los recuerda?

De nuevo aparece la petición frecuente del “Diálogo”: le pido que se mantenga atento a las declaraciones de una y otra parte; a que escuche opiniones en los diferentes medios de comunicación, que en ocasiones también tienen puntos de vista diferentes y se complementan unos a otros haciendo más rica la información; sobre todo, a que con su atención haga que las autoridades actúen conforme a Derecho y que se vean obligadas a cumplir con su deber, so pena de que, de no hacerlo, sean penadas con los castigos que marca la propia Ley. Que ya no acepte mantenerse desinformado; que comente con sus cercanos y ayude a formar opinión democrática para una mejor decisión y futuro. Que luchemos contra la corrupción. ¿le parece?

ydarwich@ual.mx

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