AUBURN HILLS, EU.- Los jugadores de los Pistons de Detroit ya se encuentran en su ciudad y encabezados por el entrenador Larry Brown comenzaron de inmediato a trabajar en olvidarse del triple que les anotó Kobe Bryant para robarles el segundo triunfo en las Finales de la NBA.
El tiro de Bryant, con 2.1 segundos para finalizar el tiempo reglamentario y que permitió a Los Ángeles Lakers ganar el segundo partido en la prórroga por 99-91, puede no sólo haberles salvado de la eliminación, sino de ponerlos de nuevo en el camino de equipo favorito, si los Pistons no reaccionan de la frustración que sufrieron la pasada noche en el Staples Center.
El tercer partido de la serie que se juega hoy jueves, en el Palace de Auburn Hills, va a ser decisivo para ambos equipos, pero especialmente para los Pistons, que necesitan demostrar que se olvidaron del milagro de Bryant.
También deben superar la crítica que ha surgido entre los seguidores de los Pistons por la decisión que tomó Brown, cuando no quiso hacerle personal a Bryant antes que hiciese la jugada del triple y que les hubiese dado muchos más segundos para intentar ellos la anotación si conseguía los tiros libres.
"No hay nada más que explicar, no cometimos la personal porque teníamos jugada de cuatro puntos, pero ahora lo que cuenta es que tenemos que ganar el tercer partido y para eso estamos preparados", comentó Brown. "Lo del segundo partido forma parte de la historia".
Brown reiteró que su equipo logró el objetivo que quería, ganar un partido, y lo demás hubiese sido muy bueno, pero había que darle crédito a los Lakers.
"Como es lógico, cuando finalizó el partido la frustración reinaba entre todos los jugadores, pero las cosas han cambiado, todos somos profesionales y sabemos que lo único que cuenta es el partido siguiente", subrayó Brown.
El alero Rasheed Wallace también se mostró optimista de cara al tercer partido. "Nuestra reacción no será otra que la de luchar todavía mucho más por conseguir de nuevo la victoria, porque el gran objetivo es ganar cuatro partidos y ya tenemos uno en nuestro poder", explicó Wallace.
El base Chauncey Billups, que ha sido la gran estrella del equipo en los dos primeros partidos, reconoció que tenían a los Lakers contra las cuerdas, pero no pudieron dejarlos fuera de combate.
"Es cierto que el triunfo estaba en nuestras manos y un 2-0 hubiese sido fenomenal, pero tampoco está nada mal el 1-1", valoró Billups. "Lo que tenemos que hacer es concentrarnos en el tercer partido y ante nuestros seguidores para hacerlo todavía mejor".
Tanto los jugadores de los Pistons como Brown, para los que cuestionan su capacidad de reacción, recordaron que también perdieron un partido en triple prórroga en su campo contra los Nets de Nueva Jersey en las semifinales de la Conferencia Este y luego ganaron el sexto y séptimo para estar en las finales.
"Nuestro equipo tiene carácter y sabemos cómo reaccionar de inmediato ante las derrotas que te dejan con frustración", comentó el escolta Richard Hamilton, que no pudo impedir con su defensa el tiro de Bryant.
El factor campo también será algo muy importante para que los jugadores de los Pistons recuperen la confianza, porque sus aficionados son incansables con su apoyo.
Los equipos de la NBA conocen perfectamente lo que es llegar a la "Locura del Motown" y el ruido ensordecedor que se vive dentro del Palace de Auburn Hills.
A los Lakers de los legendarios Magic Johnson y Kareem Abdul Jabbar les tocó sufrir sus efectos cuando se enfrentaron en las finales de 1989 a los Bad Boys de Bill Laimbeer, Isiah Thomas, Rick Mahorn y Dennis Rodman, que perdieron por barrida de 4-0.
Los jugadores de los Lakers, encabezados por Bryant, son conscientes de esa realidad y la estrella del equipo angelino reconoció que la misión de ganar en el Palace de Auburn Hills no será nada fácil.
"Es cierto que conseguimos un gran triunfo en el segundo, similar al que hicimos en el quinto partido de las semifinales de la Conferencia Oeste frente a los Spurs de San Antonio, pero la diferencia es que entonces regresamos a nuestro campo y ahora llegamos nada menos que al Palace de Auburn Hills".
Junto a la preocupación del campo, el entrenador de los Lakers, Phil Jackson, también tiene dudas sobre los jugadores Derek Fisher y Karl Malone, que están algo tocados con golpes en sus respectivas rodillas derechas.
"Pienso que ambos podrán jugar, pero tenemos que seguir esperando hasta mañana, jueves", comentó Jackson.
Por su parte, el pivote Shaquille O'Neal, que al conseguir 34 y 29 puntos en el primero y segundo partido, respectivamente, superó la marca de Michael Jordan de 20 encuentros consecutivos de finales con al menos 25 tantos, dijo que los Lakers en los últimos cinco minutos volvieron a sentirse cómodos en el campo y ahí estaba la clave.
"Recuperamos la confianza en nuestro juego y ahora sólo tenemos que incrementarla en el próximo partido", agregó O'Neal, que apostó porque Jackson le diese al novato Luke Walton la posibilidad de salir por primera vez como titular en lugar de Devean George.
"Me pasó el balón mejor que nadie y eso que sólo lleva en el equipo una temporada", defendió O'Neal.
Al margen de cuál pueda ser la alineación titular que presente Jackson, a los Pistons lo único que les interesa es recuperar el control, la precisión y efectividad en la defensa, que sólo perdieron durante un minuto, pero que les costó una derrota con efectos secundarios que aún se desconocen.