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Plano simbólico indígena

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE

Lo narrado en los dos artículos anteriores se refiere a los aztecas en su época de gloria; sin embargo, hay un antes de Tula en la historia que pertenece al plano de lo mítico y que los investigadores no han logrado precisar: por una parte Aztlán, que podríamos comparar con el paraíso terrenal y por el otro, la ruta seguida por los Aztecas antes de Tula.

En el plano de lo simbólico el esclarecer estos datos no es tan importante por el momento; lo que importa es el sentido de pueblo que se obtiene de la leyenda. Si consideramos que Itzcoátl y Tlacaelel mandaron quemar los antiguos códices para reescribir la historia de su pueblo, entonces tenemos que reconocer que es el sentido de pueblo que estos gobernantes imprimen a los aztecas dándoles una razón de ser, que en cierta manera puede alimentar nuestra propia razón de ser.

La peregrinación azteca tenía como propósito encontrar una tierra prometida; lo que indicaría el lugar sería el águila sobre el nopal, no precisamente con una serpiente entre las manos sino con una tuna o con un pájaro que posteriormente se convirtió en serpiente (en la Colonia). Otros elementos que existen en la leyenda son las plumas de pájaros que rodeaban el lugar, y el dato de que el nopal había crecido en un lugar donde anteriormente se había arrojado el corazón de un enemigo, Cópil.

Para analizar el simbolismo me basaré en el libro El Origen de los Aztecas de Christian Duverger. Lo cito:

?¿Qué dice, en efecto, el texto nahuátl de la crónica Mexicayotl?, describe así el descubrimiento del cactus: entre los juncos y las cañas a los pies de la cueva:

Se levanta el Tenochtli (al borde la cueva vieron, cuando, erguida el águila sobre el nopal, come alegremente, desgarrando las cosas al comer, come el tenochtli; y así que el águila les vio agachó muy mucho la cabeza, aunque sólo de lejos la vieron ellos), y su nido o lecho, todo él de muy variadas plumas preciosas, de plumas de cotinga azul, de flamenco rojo, de quetzal, y vieron asimismo esparcidas ahí las cabezas de muy variados pájaros, de las aves preciosas que estaban ensartadas, así como algunas garras y huesos de pájaros.

He aquí la verdadera escena. Si traducimos con su sentido verdadero de tenochtli como tuna, vemos que el águila ante los ojos de los aztecas no devora una serpiente, ni siquiera un pájaro, sino... una tuna. Tal es la forma auténtica de la representación fundadora de Tenochtitlan?.

¿Qué es lo que representa la escena?

?En el pensamiento Nahua, la tuna simboliza el corazón humano y, más precisamente, el corazón de los sacrificados?... Sabemos que el águila es un doble del sol, encarna su faz celeste... El sol, según el pensamiento azteca, es una expresión metafórica de la energía... Para contribuir a que el movimiento cósmico se perpetúe, hay que alimentar la energía, hay que darle de comer al sol... Come el corazón de los sacrificados?.

?Comprendemos ahora por qué los aztecas eligieron la tuna como símbolo preferente del sacrificio humano. Su forma evoca la del corazón humano, mientras que su pulpa, de un rojo muy vivo, contiene un jugo escarlata... del color de la sangre?.

?Las ricas plumas de los pájaros exóticos siempre fueron considerados por los mexicanos como la recompensa de las hazañas guerreras. Las plumas preciosas usadas en la confección de la ropa de gala y los adornos guerreros, peinado y escudo sobre todo, son privilegio del rango y del mérito?.

Esto es lo que representa nuestro escudo nacional. No necesariamente tiene que significar que nos convirtamos en un pueblo para la guerra; pero si puede significar que recuperemos nuestra vocación de ser un pueblo que está destinado a la lucha; sobre todo en este mundo globalizado donde el papel que se nos quiere asignar es el de mano de obra barata que por competir con otros pueblos en las mismas circunstancias, debe conformarse con la mísera valoración que le toca a causa de la competencia.

El milagro Azteca fue surgir del lago a donde lo habían lanzado sus enemigos para convertirse en un imperio temible y temido; para eso eran educados los aztecas, para ser vencedores, ésa es la herencia que legaron Iztcoatl, Tlacaelel y Moctezuma I.

Nada que ver con el populismo barato que muchos proclaman.

(Continuará).

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