De cómo una verdad a medias resulta una mentira completa: el miércoles pasado, una agencia de relaciones públicas hizo circular, en nombre de su cliente Grupo Radio Centro, un boletín de prensa donde se informa que el juzgado séptimo de distrito B en materia civil del Distrito Federal emitió “una sentencia en donde niega a la empresa Infored, S.A. de C.V. y a José Gutiérrez Vivó por improcedente, el reconocimiento del laudo dictado por la Corte Internacional de Comercio (sic) en el juicio de arbitraje en contra de Grupo Radio Centro”. Ese es el sentido, efectivamente, de la resolución judicial. Sólo que al comunicarla debió añadirse: “por ahora” ya que lo resuelto por el juzgador deja a salvo los derechos de las partes y establece que el reconocimiento puede ser solicitado y otorgado, cuando concluya enteramente el arbitraje a que ambas partes se sometieron.
La operación de relaciones públicas o de abierta propaganda tuvo sus efectos. Lo de menos es que sin ahondar en el tema no pocos periódicos dieron por perdida la causa de Infored, al contrario de lo que se difundió al comenzar marzo. Lo de más y ese fue quizá el propósito central de la comunicación de Grupo Radio Centro, es que con ella se generan expectativas bursátiles favorables a GRC, útiles para mejorar la cotización de sus valores en la bolsa neoyorquina. No será extraño, sin embargo, que una consecuencia no deseada de este lance, para la empresa de la familia Aguirre, es que deba responder legalmente, en Estados Unidos, del engaño propiciado por su boletín del miércoles.
El siete de mayo de 2002, Infored, la empresa productora de Monitor, un amplio servicio de noticias que se emitía por dos emisoras de Radio Red, propiedad a su vez de Grupo Radio Centro demandó la rescisión del contrato que ambas partes suscribieron el 23 de diciembre de 1998 y el pago de daños y perjuicios. Conforme a lo pactado entonces, el diferendo se ventiló ante un tribunal privado de arbitraje, el de la Cámara Internacional de Comercio con sede en París. El 30 de enero de este año el pánel de tres árbitros dio por mayoría de votos la razón a Infored y señaló a GRC la obligación de cubrir poco más de 21 millones de dólares, por haber incumplido el contrato.
Cuando el laudo fue notificable, el propio Grupo Radio Centro lo hizo conocer, el tres de marzo pasado, misma fecha en que, admitiendo en los hechos la sentencia privada, dio un golpe de mano: echó de las frecuencias de Radio Red las emisiones de Infored, principalísimamente Monitor y colocó en su lugar sus propios programas noticiosos, para lo cual se había preparado de meses atrás. La novedad es que, interpretando en su provecho circunstancias contractuales que deben dirimirse ante autoridades administrativas y judiciales, ha pretendido que emisiones distintas de las encabezadas por José Gutiérrez Vivó lleven el nombre de Monitor.
El silencio a que GRC quiso condenar a Infored duró lo que un suspiro, o quizá un poco más. El propio tres de marzo, luego de la intempestiva interrupción del Monitor de la tarde, Infored pudo restablecer su comunicación con porciones crecientes de su perplejo auditorio, que de pronto se vio obligado a escuchar voces por las que no había optado antes. Lo hizo primero a través de dos emisoras de amplitud modulada, propiedad de Infored misma (situadas en el 1320 y el 1560 del dial capitalino) y semanas después también por medio de una estación de frecuencia modulada, perteneciente a MVS radio, el consorcio de la familia Vargas (en el 102.5).
Se inició así la batalla por el auditorio, pero también se dieron pasos jurídicos para reforzar la posición victoriosa de Infored. El propio tres de marzo la empresa de Gutiérrez Vivó solicitó a un juzgado civil el reconocimiento de adeudo contenido en el laudo, a sabiendas que el juzgador podría resolver que es preciso esperar el cumplimiento de plazos estipulados en el procedimiento de arbitraje. Sin que eso signifique modificación alguna del fondo del laudo, las partes pueden presentar a los árbitros correcciones formales (por errores de cálculo o tipográficos), dentro de un plazo de 30 días. Cursadas esas correcciones y establecido su alcance, se abre un último plazo de diez días para la ejecución del laudo. Por eso, en su fallo del 26 de mayo el juez civil dispuso que Infored espere el cumplimiento de esas condiciones, pero al mismo tiempo recordó a las partes su pacto de que “la decisión de los árbitros firmada por la mayoría de ellos sería definitiva y obligatoria para las partes”.
No es de extrañar que GRC intentara presentar gato por liebre ante la opinión pública. Aunque el Grupo se quedó con parte del auditorio del Monitor de Gutiérrez Vivó, por las inercias comprensibles en el auditorio, Infored montó diversas operaciones para recuperar y acrecentar a su público. Reforzó además su presencia en el ámbito mediático al rebautizar a El Heraldo de México, el periódico adquirido por Gutiérrez Vivó meses atrás. Ahora se llama Diario Monitor, como se llama Radio Monitor una de sus frecuencias de AM. En torno de esa marca las dos partes litigan ante los institutos Mexicano de la Propiedad Industrial y Nacional del Derecho de Autor.
Tenaz en su decisión de no cubrir el colosal adeudo que su incumplimiento generó, Grupo Radio Centro anuncia otra estrategia legal, que le permitiría recuperar las estaciones de Gutiérrez Vivó adquirió de ese grupo al suscribir el contrato desacatado por GRC. Tampoco en esa vereda tendrá mucho que caminar.