LONDRES, (Reuters) - El rinoceronte blanco, uno de los animales que corre mayor peligro de extinción en el mundo, podría dejar de existir en su estado salvaje en unos meses si rebeldes sudaneses no dejan de matarlos indiscriminadamente, dijeron ecologistas.
Los alrededor de 25 rinocerontes blancos que quedan en estado salvaje viven en el Parque Nacional de Garamba, una zona de las Naciones Unidas en la frontera norteña de la República Democrática del Congo con Sudán.
Kes Hillman-Smith, coordinador del proyecto de protección animal del Parque Nacional de Garamba, dijo que la matanza de rinocerontes había aumentando a medida que los rebeldes sudaneses en la zona de conflicto, alrededor de Darfur, cazaban a estos animales por sus cuernos, que tienen gran valor en el mercado.
"Es la primera vez que (los rebeldes) han venido a Garamba", dijo Hillman-Smith, quien se encuentra en Londres para asistir a una reunión organizada por el grupo británico Salven al Rinoceronte. "Es una situación preocupante que continúe la caza a este ritmo".
"A menos que contemos con un gran apoyo, vamos a perder la población de rinocerontes blancos", dijo Hillman-Smith.
"Necesitamos fondos urgentes para comprar mejores equipos" para impedir la cacería.
La cifra de rinocerontes ha disminuido mucho en comparación con los 500 que había a finales de la década de 1970. Un grupo de cazadores mataron la semana pasada a dos guardabosques, según Hillman-Smith.
Una vez fuera del parque, se cree que los cazadores se dirigieron al pueblo de Yambio, en el sur de Sudán, donde comerciantes compran marfil y cuernos de rinoceronte procedentes del Congo y la República Centroafricana.
Hace tiempo que el Parque Nacional de Garamba es un imán para cazadores atraídos por la cantidad de animales salvajes que viven allí, incluidos elefantes, hipopótamos, búfalos y chimpancés.
Una agencia de las Naciones Unidas dirige un proyecto para proteger la vida salvaje de la violencia en el Congo, nación que trata de salir de un conflicto regional de cinco años en el que han muerto al menos tres millones de personas, en su mayoría de hambre y enfermedades.