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México, DF.- El actor Alberto Rojas ?El Caballo? aseguró que la política en México se ha convertido en una industria que está dañando la imagen de México y a los propios mexicanos.
?Me da mucha vergüenza lo que está sucediendo (con los recientes escándalos políticos), siento mucha pena y tristeza, porque no creo que todos sean así, pero por imbéciles y ladrones como esos, se mancha toda la reputación de nuestro país?, comentó y añadió: ?La política ya no es lo que era, es una vergüenza, una vejación para la nación?.
Anoche en el Teatro Arlequín se presentó la puesta en escena Violines y Trompetillas, original de Santiago Moncada y que dirige y protagoniza Alberto Rojas, junto a Alejandro Suárez, Libertad y Lucero Rojas.
La historia narra la actitud de Esmela (Libertad) y Raúl (Rojas) un matrimonio de clase media ante la poligamia. El accede a que su esposa mantenga una relación con Alfonso (Suárez), compadre de Raúl. Pero Alfonso se enamora de Jenny (Lucero Rojas) y decide abandonar a Esmela, lo que provoca una serie de divertidas y explosivas reacciones entre los protagonistas de este enredo.
Tras una decepción amorosa, Alfonso intenta recuperar la amistad de sus amigos, quienes lo reciben con los brazos abiertos.
Violines y Trompetillas es una hilarante puesta en escena que recurre a todo tipo de recursos con tal de arrancar la risa de los espectadores, quienes responden con aplausos y carcajadas a cada ocurrencia dicha sobre el escenario.
La obra se desarrolla dentro del hogar de Esmela y Raúl, por lo que los recursos escenográficos decoran y ambientan el interior de una típica casa mexicana.
Las funciones son los viernes, sábados y domingos en el Teatro Arlequín.
?El Caballo? explicó que el teatro es una de sus necesidades vitales y lamentó la falta de apoyo que recibe el teatro mexicano en todos sus géneros y propuestas, desde el universitario, hasta el comercial, pasando por la comedia, el teatro de revista y el experimental.
?Hacer teatro es un placer maravilloso, es mi vida. Mi gusto más grande es trabajar en el teatro. Es una necesidad de tipo placentero y también económica, porque estamos hablando que somos gente normal que no pertenece a ningún partido (político) y no tenemos oportunidad de robar al pueblo?, concluyó.