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Por aplicarse primer riego de auxilio al maíz forrajero / AGROPECUARIA

Por aplicarse primer riego de auxilio al maíz forrajero

Una forma adecuada para saber cuándo aplicar el agua a los cultivos agrícolas es integrando la información del suelo y del ambiente para entender cómo estos factores interactúan con la planta, según comentarios de Rodolfo Faz, especialista en irrigación del Campo Experimental La Laguna del INIFAP.

En el maíz forrajero -mencionó- es muy importante que el productor tome como base la fecha que realizó la siembra para que pueda programar los riegos al cultivo. Por tanto, después de la siembra, el primer riego debe aplicarse cuando la planta ha iniciado la formación del tallo y la espiga tenga un desarrollo de 0.5 a 1.0 centímetros de longitud; el tiempo en que se alcanza esa etapa es de aproximadamente 35 días después de la siembra y la lámina por aplicar será de 12 a 15 centímetros, dependiendo del tipo de suelo.

Rodolfo Faz recalcó que en los últimos años se han introducido a la región nuevos híbridos de maíz, con diferente ciclo de madurez, por lo que el calendario de los riegos debe ajustarse de acuerdo al híbrido que se utilice. En el caso de híbridos de ciclo más corto es importante adelantar en al menos una semana el primer riego de auxilio, respecto a los híbridos de ciclo intermedio, cuyo primer riego de auxilio es a los 35 días. Los híbridos de ciclo corto son de más susceptibilidad al retraso del primer riego de auxilio, disminuyendo de manera significativa su rendimiento.

El consumo de agua y el rendimiento de materia seca en cualquier cultivo tienen una relación directa con el rendimiento -continuó explicando- de ahí que para el maíz forrajero se haya determinado que por cada metro cúbico de agua que consume produce entre 2.3 kilogramos de forraje seco para un año seco a 2.7 kilogramos para un año húmedo. De este modo, es necesario que los riegos se apliquen cuando el cultivo los necesite y los pueda utilizar.

Mencionó que un ejemplo del desbalance que se le puede ocasionar al maíz forrajero, se manifiesta cuando el primer riego de auxilio, que debe ser a los 35 días después de la siembra, no se da con la oportunidad adecuada, en tal caso, la producción se reduce de la siguiente manera: si se aplican 12 centímetros de lámina en suelos muy arcillosos, se dejan de producir hasta 3.3 toneladas de forraje seco en un año, lo que equivale a una pérdida del 18% de la producción total esperada de 18 toneladas.

En resumen dijo que, si el productor desea obtener el máximo beneficio en la producción de maíz forrajero con el agua de que dispone, debe tener siempre presente que la demanda de agua por el cultivo estará en función de la etapa fenológica y del diseño del sistema de riego, de lo contrario su producción se afectará. Además la magnitud de la lámina de riego depende del tipo de suelo donde se encuentre establecido el cultivo; de esta forma, en suelos con problemas de drenaje es conveniente aplicar láminas ligeras para no generar condiciones anaeróbicas, por el contrario, cuando el suelo es arenoso puede incrementarse el número de riegos. También es primordial que la humedad penetre hasta el primer metro de profundidad del suelo con una buena eficiencia de distribución dentro del perfil de mismo.

Para mayor información comunicarse a los teléfono 762-0202 ext. 1038 y al correo electrónico: fax.Rodolfo@inifap.gob.mx

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