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Por la democracia...

Jose Saramago recibe la medalla Isidro Fabela de parte de la Facultad de Derecho de la UNAM

EL SIGLO DE TORREÓN

MÉXICO, DF.- ¡¿Cuánto hay que pagar de cover?! ¡Nos hubieran dicho que era fiesta privada! Gritaban algunos jóvenes que trataban de entrar al aula magna Jacinto Pallares de la Facultad de Derecho de la UNAM. Querían ver a uno de sus escritores favoritos: José Saramago. Y es que el pequeño auditorio ya estaba saturado por los directores y sus invitados.

Sólo un puñado de estudiantes pudo ingresar, aunque son ellos los que a diario compran sus libros, en versiones piratas y originales, a unos cuantos pasos de allí, en el corredor que lleva hasta la biblioteca central de la Universidad. Por esta ocasión, un pequeño módulo de editorial Alfaguara ofrecía los títulos sin regateos ni comercio informal: si lo quieres barato, compra la edición de punto de lectura. Aquí está la lista de precios.

El motivo que trajo al Nóbel de regreso a nuestro país era recibir la medalla Isidro Fabela, la presea más distinguida que otorga la Facultad de Derecho. La ceremonia comenzó conforme a lo programado, a las 12:00 en punto. Las primeras palabras del portugués no fueron caravanas dirigidas a quienes lo acompañaban en la mesa de honor, sino un enunciado simple pero contundente, destinado a quienes lo veían en la pantalla colocada afuera: ?Quiero dar las gracias a los que estando aquí no están, porque están afuera?. Esa sencilla frase, resultó una metáfora que profetizaba la congruencia de lo que habría de ser todo su discurso posterior, una improvisación de unos cuarenta minutos.

?Comenzaré contando una historia del siglo XVII. Estamos en Italia, más concretamente en Florencia, más concretamente en un pequeño poblado cerca de Florencia. Un marqués que era dueño de casi todo en el pueblo despojó de las pocas tierras que tenía a un campesino. Así lo hizo, porque quería tener más de lo que ya tenía. Unos días después, las campanas de la iglesia convocaron llamando a muerto, aunque nadie agonizaba en la víspera. Todos se extrañaron por eso. Cuando los pobladores llegaron a la iglesia se sorprendieron de ver al campesino en el campanario. ¿Quién murió?, le preguntaron. Nadie ha muerto. Lo que si ha muerto es el derecho.?

La historia es cierta -continuó el escritor. Y es tan cierta como decir que el derecho es la teología de la Ley. Primero está la ley y luego está el derecho. Pero hay leyes terribles. Hay que respetar la ley con una condición; que la ley merezca respeto, dijo.

Después, el autor de La Balsa de Piedra trenzó su relato con una anécdota personal: ?Hace unos cuatro años iba yo en un avión con el primer ministro de Portugal, rumbo a la toma de posesión de Ricardo Lagos como presidente de Chile. Íbamos conversando de libros y autores, cuando el primer ministro me dijo una frase que me dejó frío: ?¿Está consciente de que usted es una de las 300 mil personas más ricas del mundo?? No había pensado en eso, lo sentí como un insulto. Porque el dinero lo he hecho con mi trabajo, no lo he robado. Pero el hecho es cierto. Quizá yo sea el último de los 300 mil, pero estoy allí. Hoy vamos a hablar de los seis mil setecientos millones que quedan afuera?.

Así reabordaba el tema José Saramago: ?Poco o nada ha cambiado desde aquel campesino que fue robado. Si no ponemos el derecho y la justicia al servicio del hombre, nos estaremos equivocando muchísimo. Somos a la vez víctimas y cómplices. Gracias a la democracia (¿Qué democracia? -hizo el paréntesis el Nóbel-) se puede discutir todo. Lo único que no se discute es la democracia misma. Pero esto que estamos viviendo no es una democracia. Vivimos en la plutocracia del señor Slim.?

La improvisada conferencia no habría de estar exenta del humor corrosivo que define al portugués: ?Hoy estamos muy preocupados por el espacio, hace un tiempo por la luna, hoy por Marte, por ver si hay agua en Marte. Esto es muy importante porque no tenemos agua en nuestro planeta. O la poca que tenemos la estamos contaminando. Así que, seguramente detrás de todo esto está un proyecto por hacer un gran sistema de cañerías que traiga el agua de Marte a la Tierra. Es una tomadura de pelo muy seria y sólo quiero decir algo: o tomamos la vida en serio, o esto acabará mal y ya está acabando mal. Tan mal como una guerra estúpida iniciada por un imbécil llamado Bush.?

Aplausos espontáneos se les escaparon de las manos a los estudiantes. Un rumor se colaba entre las apretadas filas: que sí, que iba a firmar libros. Se agolpaba más la gente en torno al módulo de Alfaguara. ¿Memorial del convento? Son 290 pesos. A mí, yo dos, sí el de la piedra en la bolsa. ¿A cómo tienes El Hombre Duplicado? Dicen que sí los va a firmar.

Dentro del auditorio, Saramago ponía el punto final a sus palabras, acribillado por los flashes de la prensa: ?Seguramente hoy he dicho muchas barbaridades, porque este fue un discurso improvisado y cuando se improvisa se dicen barbaridades, pero de mis palabras de hoy, me gustaría que se quedaran con algo: Es cierto que sin democracia no hay Derechos Humanos, pero también es cierto que sin Derechos Humanos no hay democracia.?

Estallaron de nuevo las manos, se levantaron los que estaban en el suelo, el módulo desafiaba a la gravedad. Se abrió la puerta principal del aula magna: ¡Hagan una fila!, gritaban los guaruras de la Facultad de Derecho. El autor dice que sí, que pasen los de afuera porque sí va a firmar libros.

(Colaboración de Jesús Antonio Rodríguez)

DE PESO

Al recibir la medalla Isidro Favela, otorgada por la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma Nacional (UNAM), el Premio Nóbel de Literatura 1998 José Saramago se pronunció por recuperar la justicia y la ley, elementos que deben ser ?leit motiv? de la vida diaria.

-Luego de recibir el reconocimiento de manos del director de esa institución, Fernando Serrano Migallón, el escritor portugués señaló que la opinión pública debe asumir su compromiso para hacer valer su voz por la democracia y los derechos humanos.

-El escritor, que recibió el Premio Nóbel de Literatura 1998, vive actualmente en la isla de Lanzarote, España.

-Nacido en 1922, es autor de Ensayos sobre la Ceguera, La Caverna, El Evangelio Según Jesucristo, Los Cuadernos de Lanzarote, El Hombre Duplicado y Ensayos Sobre la Lucidez.

-En un par de días, Saramago participará junto con los también escritores Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Tomás Eloy Martínez en la Cátedra Julio Cortázar, que del 14 al 17 de febrero se realizará en la Universidad de Guadalajara.

-El portugués regresará a México a mediados de año para presentar su novela Ensayos Sobre la Lucidez.

FUENTE: Notimex

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