Para sobrevivir, niños limpian automóviles aprovechando el rojo del semáforo
EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Se encuentran en todos los cruceros. Son niños que por uno o dos pesos arriesgan su vida cuando se lanzan sobre los automóviles con el fin de limpiar los parabrisas o las carrocerías para sobrevivir.
En el crucero de la avenida Francisco I. Madero sobre el Periférico, como en otras arterias, diariamente se les puede ver. Ésta es una confluencia muy transitada por camionetas, camiones urbanos, de carga y por automóviles de pasajeros, es el lugar propicio para ganar una ?lanita?.
Sosteniendo un trapo y una botella con agua de jabón, se arremolinan sobre la unidad. Ahí la competencia se establece entre los niños. Ni siquiera se esperan a que los automóviles se detengan ante la luz roja.
?No me da miedo?, dice un enjuto muchachito de unos 11 años quien explica que junto con su cuate, otro chavo de su edad, acude ahí todos los días. No quiso decir su nombre pero su ?camarada?, lo llamó ?Pelón?, cuando le preguntó cuánto llevaba.
Las reglas entre ellos son claras. No se esperan a que los conductores les den permiso, ya que así no sale el negocio. Casi brincan para treparse sobre el cofre. Lanzan el agua preparada con jabón y proceden a limpiar con rapidez, pues tienen pocos minutos.
Cuando la luz cambia, se bajan y caminan entre los carros que ya están en movimiento. ?Tienes que hacerlo rápido, porque sino te ch...?, dice el ?Pelón?, mientras entrega cincuenta centavos a su compañero, pues se reparten en cantidades iguales.
Alrededor otros chamacos hacen lo mismo. Trabajan por unos cuantos pesos, para comer un pan y un refresco. ?Eso me trago?, manifiesta ?El Juanjo?, un chiquillo cabezón cuyo rostro está adornado por unos cuantos raspones.
Se agarró a trancazos con ?un g...?, dice. Explica que fue porque esa persona le quiso robar su dinero, por eso no ?trabaja? en un lugar fijo. Se trata de un niño de 13 años que vive una situación muy dura. Su padre murió en un accidente y su mamá tuvo que irse a Juárez a trabajar. Sus hermanos mayores están en los Estados Unidos.
Está a cargo de unos tíos donde lo pelean mucho. Sobre todo un primo mayor, quien lo trata mal y siempre está sobre él. Se sienta mejor en la calle, afirma y sus ojos parecen decir todo lo contrario, ?pa´ qué me quedo, pa´ que me frieguen y pa´ ver que se pasan la comida delante de mí...?.
No permite más preguntas y se escabulle entre los autos en medio del sonido de los claxon, pero ante la insistencia, gritó, ?no voy a la escuela, con qué billete si se lo ?clavetean? los tíos...?.
INOCENCIA PERDIDA
Son niños que a su corta edad enfrentan situaciones difíciles que limitan su creatividad y su esencia.
· Cada vez son más los niños que trabajan en la calle.
· Su situación los han llevado a desempeñar labores que ponen en riesgo su vida.
· Son objeto de abuso de todo tipo.
· Son extorsionados por jóvenes mayores de su edad y por adultos que se aprovechan de su situación.
· Falta mayor apoyo por parte de las dependencias correspondientes para abatir esta problemática.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
