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ATENAS, GRECIA.- A decir de diversos historiadores, la gran contribución de los helenos al progreso del pensamiento consistió en su insaciable curiosidad que les impulsaba siempre a preguntar: ¿Por qué?
En el caso de las matemáticas, cuyo nombre -de origen griego, precisamente- puede traducirse como ?conocimiento, aprendizaje o sabiduría?, la antigua Hélade destacó ente todos los pueblos del mundo, antes de la era actual.
Al igual que los etruscos y los romanos, los griegos crearon signos que coordinaban mediante la ley aditiva, por la que el número de signos representa el número obtenido sumando sus valores.
Lo mismo que en las civilizaciones orientales, las medidas lineales griegas se tomaron de las proporciones del cuerpo humano.
En el cálculo del tiempo, el año griego, generalmente a partir del modelo ateniense, se componía en un inicio de 12 meses lunares de 30 días. Posteriormente, para mejor adaptarse al ciclo lunar, se establecieron alternativamente meses de 29 y 30 días.
Obtuvieron por tanto, un año de 354 días, que resultaba demasiado corto, con un desfase de once días, respecto al curso astronómico, por lo que la división por meses no coincidía con el ciclo estacional.
En un esfuerzo de armonización del ?año lunar? con el ?año solar?, se ideó un décimotercer mes suplementario, intercalable cada segundo año lunar, denominado ?ciclotrietérico? o trienal.
En la antigua Grecia nació la geometría, tal como se le conoce en la actualidad. Tales de Mileto enunció la teoría de los triángulos semejantes. Pitágoras, su discípulo, expuso, entre otras cosas menos importantes, el teorema que lleva su nombre, sobre la relación entre el cuadrado de los catetos y de la hipotenusa de un triángulo rectángulo.
Euclides resumió en sus elementos toda la teoría matemática conocida hasta entonces y sentó las bases de la geometría. Sus famosos axiomas o postulados pueden resumirse en diez. Los cinco primeros son comunes a todas las ciencias en que se estudian magnitudes, mientras que los otros cinco son específicos de la geometría.
Platón fundó en Atenas (387 a. C) una escuela de filosofía, la Academia, sobre cuya puerta escribió esta frase: ?Que nadie entre aquí sin ser geómetra? , lo que da idea de la importancia que se daba al estudio de las matemáticas.
Arquímedes descubrió el valor aproximado del número Pi y la superficie de la esfera. Posteriormente, destacaron Diocles y Apolonio de Pérgamo; el primero inventó la cisoide y el segundo fue autor de un tratado de ocho tomos, Las Cónicas, que integra los resultados de sus predecesores con los suyos.
La enorme influencia que sobre la enseñanza de la filosofía y las ciencias ejercieron Platón y Aristóteles no era la más idónea para conducir a la aplicación práctica de las ciencias naturales.
Las principales ciencias que se enseñaban en la Academia eran las matemáticas y la astronomía.
Aristóteles, que también destacó en la astronomía, aspiraba a un más profundo conocimiento de la naturaleza, más que a lograr un poder efectivo sobre ella.
Estas y otras circunstancias hicieron que los antiguos griegos sintieran una especial inclinación por las ciencias matemáticas.
Amantes de la perfección y de la belleza de la teoría pura, hicieron de la geometría un ?juego del pensamiento?, expresando su aplicación utilitaria en diferentes objetos o usos, entre los que por su forma de decoración responderían a una descomposición geométrica, como el ?número áureo? de Pitágoras.
Relacionaba figuras y dimensiones y enunciaba una serie de postulados o supuestos de los que se parte para fundamentar toda demostración.
De entre los problemas prácticos que los griegos consiguieron resolver, figuran el cálculo de la altura de la construcción y el de la distancia de un objeto al observador.
Anaximandro y su discípulo Anaxímenes de Mileto fueron quienes por primera vez llegaron a vislumbrar la verdad del universo.
Aristóteles hizo suyos los trabajos de Eudoso y Calipo (siglos IV y III a. C), inventor el primero del cuadrante solar horizontal y que posteriormente desarrolló el sistema de esferas concéntricas que giran en diferentes direcciones.
La astronomía alcanzó un floreciente desarrollo con Aristarco de Samos (310-230 a. C), que anticipó la teoría heliocéntrica, al afirmar que la Tierra es un planeta como los demás, que gira al igual que los otros alrededor del Sol.
También señalaba que las estrellas son astros luminosos situados a una enorme distancia.
Apolonio de Pérgamo (265-170 a. C.), famoso matemático, imaginó un sistema que explicase el mayor o menor tamaño del Sol, según la época del año.
Hiparco de Bitinia (190-25 A. C.), tal vez el más notorio sabio del helenismo tardío, fue también notable matemático y se le considera como el verdadero creador de la trigonometría. También hizo importantes aportaciones en diversas ciencias, incluida la geografía.
La física comenzó siendo ciencia junto con los estudios astronómicos y el conocimiento empírico de algunas de sus leyes. Aristóteles fue quien le dio este nombre.
Demócrito de Abdera destacó en la química y señaló que todos los cuerpos están constituidos por pequeñísimas partículas de materia, que consideraban indivisibles: los átomos.
Por todo esto y más, Atenas es célebre a nivel mundial. Ahora es el foco de atención por ser la sede de la XXVIII Olimpiada. Y porque los Juegos Olímpicos nacieron hace casi tres mil años en Grecia, donde se iniciaron los primeros de la Edad Moderna, en 1896.