EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Hace dos años Juana María decidió combinar la limpieza del hogar con los libros. De joven no tuvo la oportunidad de estudiar por la pobreza que hay en Bermejillo, Mapimí. A sus 38 años de edad se inscribió en la preparatoria abierta y en un taller de secretariado, pero sus deseos de superación están truncados por la falta de apoyo de las autoridades.
Juana María asegura que desde hace una semana las autoridades se negaron a seguir pagando el sueldo de la maestra del taller de secretariado en el Centro de Estudios de Capacitación Tecnológica e Industrial, número 20.
-Desde la semana pasada no tenemos clases, ya parezco política yendo a cada rato a la presidencia municipal, las que integramos el taller somos personas que luchamos por la educación.
Lavar trastes, la ropa o realizar cualquier tarea doméstica, no ha sido un impedimento para que los ratos libres los dedique a estudiar la preparatoria.
-Tengo 38 años, pero a mi edad todavía tengo ganas de salir adelante. Nuestro presidente está mal porque estamos luchando por tener una vida mejor y en lugar de dar los apoyos nos los niega, la maestra cobraba 500 pesos por semana y ya no le quisieron pagar, la semana pasada nos dijo: si no me pagan no doy clases, como no le pagaron se fue.
A pesar de la falta de recursos económicos, las integrantes del taller de secretariado hacían todo lo posible por no faltar a clases.
- Llevábamos tres meses estudiando, el curso es de un año. En tiempos difíciles siempre estábamos en la escuela aunque estuviera lloviendo, haciendo frío y ahora nos dicen que no tienen con qué pagar a la maestra.
Cuando comenzó el curso eran 25 alumnas, ahora sólo quedan 14 integrantes ante la falta de organización.
-Si no se lucha en la vida no pasamos del corredor, nos quedamos ahí para siempre, he sufrido mucho y siempre he dicho que mi meta más grande es salir adelante, soy ama de casa pero también tengo deseos de superación.
Juana María solicita a las autoridades de Bermejillo, Mapimí, apoyar a las personas con ganas de seguir estudiando.
-Mi meta es salir adelante porque ahora tengo frijoles pero qué tal si más adelante ni eso, por eso quiero luchar, todos mis hijos han dejado la escuela por la pobreza.
En Bermejillo, dice, la mayoría de las familias son pobres y los jóvenes no encuentran trabajo ni siquiera en las maquiladoras.
-Mis hijos han agarrado rumbos diferentes, lo más triste es que la escuela la han tenido que dejar por falta de dinero, van a la escuela abierta pero no es lo mismo, por eso mi reto en la vida es que tengo que ser alguien para ser el ejemplo de mi familia.
La esperanza de Juana María es que las autoridades recapaciten, pues considera que si logra terminar el curso de secretariado puede conseguir un trabajo estable.
-Es una tristeza tan grande que estando en esta lucha sean las mismas autoridades quienes nos pongan un freno.