Querida Secretaria:
¡Presión! Constante o esporádica, es función esencial en el mundo de los negocios y una carga ocupacional para toda asistente. Si disfrutas tu trabajo y quieres sobresalir tienes que luchar, contender con la presión y reducirla al mínimo. Si no lo haces terminarás con los nervios alterados y una imagen profesional dañada.
¿Más fácil decirlo que hacerlo? No necesariamente. El secreto está en organizar tu carga de trabajo, emplear tu tiempo con inteligencia y mantener la perspectiva correcta.
Estas recomendaciones te guiarán para alcanzar tus propósitos:
Analiza y organiza tu carga de trabajo
La presión será más fácil de manejar si se entiende lo que la produce. Primero haz un resumen de tus tareas. De esta manera podrás darte cuenta qué días, semanas o meses son los más ocupados. Una vez que puedas anticipar los períodos más recargados, podrás planear tu tiempo para que tanto el trabajo de rutina como los proyectos a largo plazo se realicen sin contratiempos.
Establece una rutina diaria. Toma en cuenta tus preferencias naturales, empezando tu día con una tarea que disfrutes. No esperes que todos los días resulten como los planeaste. Arregla tus horarios, ten prioridades y proponte delegar algunas tareas que no requieren una atención especial. El aceptar ayuda en una emergencia no va a dañar tu imagen de eficiencia. Eso sí, debes estar dispuesta a reciprocar dichos favores.
Mantén una perspectiva saludable
Cualquier trabajo puede menoscabar tu ánimo, si lo permites. Y si no puedes controlarte, menos podrás dominar la presión del trabajo. Con una actitud responsable y entusiasta estarás en posición de superar cualquier situación estresante. Sé honesta contigo misma ?no te quejes de las presiones e imposiciones, si la satisfacción en superarlas sobrepasa las dificultades que conllevan. Decídete a disfrutar tu trabajo.
Ajústate a las conmociones de la oficina
No te dejes atrapar por el nerviosismo y frustración de otros. Tú tienes tus propios problemas y si adoptas los de los demás, únicamente te distraerán y te impedirán hacer tu mejor trabajo. Cuando la tensión te llegue, levántate y camina un rato. Algunas veces tan sólo mirar por la ventana un momento, restablecerá tu compostura. Y recuerda que puedes estar en medio de una borrasca sin involucrarte.
Comunícate con alguna amiga
Cuando sientas que vas a explotar después de una mañana caótica, llama a una amiga y relájate. Si te desahogas con la persona indicada, en el momento preciso estarás mejor preparada para encajar en la oficina.
Aprovecha bien tu tiempo libre
Recuerda que las vacaciones, días de fiesta e incapacidades no son únicamente prestaciones ?son provechosas y necesarias. Bien descansada y saludable, serás más valiosa y efectiva.
Conserva tu sentido del humor
No tomes cualquier contratiempo como una crisis. Ríete de tus propios errores. Vas a encontrar que esta actitud te ayudará a mantener tu salud mental y tu empleo.
Está en ti decidir si serás víctima o vencedora de la presión del trabajo. La clave está en reconocer tu dominio sobre la tensión y saber cómo aprovecharlo. Así pues, la próxima vez que sientas que tu trabajo está fuera de control, detente y pregúntate: ¿Fuera del control de quién? Cuando tengas la respuesta, estarás lista para mejorar la situación.
Envíanos tus comentarios a: inst.ma.cristina@coahuila.com
