Querida Secretaria:
Reconocimiento, recompensa, rango ?el ciclo de la Cenicienta al que muchas asistentes capaces aspiran. Las fantasías son muy atractivas, pero hay que situarse en la realidad y reflexionar en lo que implica este nuevo cargo. Es una invitación a trabajar más y a demostrar cómo manejas tus nuevas responsabilidades.
Tu actuación ?no tu rango- mide tu capacidad en el mundo de los negocios. El respeto de tus compañeros no lo adquieres con tu nuevo cargo, es algo que se gana. Éstas son algunas ideas para lograrlo.
Analízate con imparcialidad
Un ascenso es como unos zapatos nuevos, toma su tiempo para sentirlos cómodos. Al principio vas a experimentar dudas al ejercer tu recién adquirida autoridad. Pero una imagen propia diferente puede ayudarte a aclimatarte en tu nueva posición. Cuestiónate cómo una mujer debe actuar y reaccionar en este puesto y trata de seguir ese comportamiento. Así que vas confrontando cada nueva situación, tu confianza aumentará y gradualmente alcanzarás tus expectativas.
No te aceleres
No esperes saber todo lo de tu trabajo desde un principio. Cuando no cuentas con suficiente información, admítelo y proponte adquirirla. Tampoco permitas que un orgullo tonto te impida pedir ayuda a tus compañeros. Las personas no dejan de admirarte si les pides un consejo. Por el contrario, te respetarán más. Hazles preguntas y aprende lo más que puedas de los demás. De esta manera tu credibilidad aumentará, al mismo paso que tus conocimientos.
Reafírmate
No trates de ejecutar tu trabajo como si se tratara de un concurso de popularidad. Una condición de los puestos de autoridad es el aislamiento, eso se incluye en lo que ganas. Y aunque a todos nos gusta ser apreciados, la aprobación es un lujo inobtenible si para ganarla tienes que desviarte de las decisiones y políticas de la oficina.
El tacto es importante en cualquier posición, pero si te excedes puedes terminar adquiriendo una personalidad tibia e insegura.
Soporta las crisis y las presiones
No te traumatices. Cuando diez cosas salen mal debes esperar la onceava. Tu trabajo no va a ir como en ruedas, especialmente cuando comienzas. Así pues, relájate. Si manejas cada problema con una actitud flexible estarás más capacitada para enfrentarlo y encontrarle una solución.
Recuerda que hay varias maneras de solucionar los problemas. Resiste la tentación de clasificar un problema como ?imposible?. El tiempo y la experiencia son los mejores maestros, así que ten paciencia contigo misma.
Envíanos tus comentarios a: inst.ma.cristina@coahuila.com