EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Los resultados de química sanguínea y la declaración de familiares de los inculpados, son algunos de los elementos claves, que serán integrados en la averiguación previa y obligan al arraigo de Víctor Manuel López Silos y Luis Alberto Morales Argumaniz.
Los señalados figuran como presuntos responsables de la muerte del militar, Abdías Linares Hernández de 23 años, a quien acribillaron de 14 puñaladas, la madrugada del domingo 27 de junio y fue descubierto por policías preventivos, la mañana del día siguiente.
El agente del Ministerio Público de Delitos Contra la Vida y la Salud Personal, mesa dos, Efraín García Galván, resaltó la importancia de contar con los elementos fundamentales para fijar la probable responsabilidad de los implicados en el homicidio calificado.
Como se informó en su oportunidad, Víctor Manuel López Silos, “El Quiroga”, de 22 años de edad, domiciliado en calle Esmeralda, vecino de su víctima y Luis Alberto Morales Argumaniz, de 21 años, alias “El Atún”, con casa en calle Cuarzo sin número, ambos del ejido La Joya, fueron detenidos por las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Estado, un día después del crimen.
En su declaración ante el Ministerio Público, los señalados reconocieron que su víctima estaba molesta porque se dio cuenta que “El Quiroga” y “El Atún”, habían robado hace un mes en su casa.
El militar advertía con frecuencia a los delincuentes que iban a responder por sus actos, situación que motivó a uno de los homicidas a fraguar un plan contra Linares Hernández.
La ocasión para matarlo se presentó cuando el pasado sábado 26 de junio del año en curso, se celebró un baile en el poblado en mención al cual asistieron el occiso y sus dos victimarios, en donde estuvieron ingiriendo bebidas embriagantes hasta cerca de las nueve y media de la noche.
Cuando iban caminando, según manifestaron en su declaración ministerial ambos detenidos, el militar continuamente se llevaba la mano hacia atrás a la altura de la cintura, por lo que creyeron que portaba un arma, situación que desencadenó los hechos en los que perdió a vida Abdías.
Un error de los asesinos al revelar su delito a una persona de su “confianza”, permitió a las autoridades conocer sus nombres y ubicarlos antes que huyeran a otro municipio en la Central Camionera de Torreón.
