Temen autoridades que se produzcan "tsunamis" en las regiones costeras.
EFE
TOKIO, JAPÓN.- Un terremoto de 7.3 grados en la escala abierta de Richter hizo temblar al filo de la medianoche de ayer el suroeste de Japón, apenas cinco horas después de que otro sismo de 6.9 grados sacudiera el sur de este país.
La alarma cundió pasada la medianoche de ayer, hora local de Japón, cuando un fortísimo sismo afectó a amplias zonas del sur y suroeste de Japón, sin que, sin embargo, se reportaran víctimas entre la población.
Este segundo terremoto tuvo su centro a unos 130 kilómetros mar adentro en la costa de la provincia de Kochi y a unos diez kilómetros de profundidad, bajo el lecho marino, indicó el Servicio Meteorológico de Japón.
Horas antes, a las 19:07 hora local de ayer, otro movimiento telúrico de 6.9 grados estremecía la región meridional de Kinki y en especial la zona de Nara, una de las antiguas capitales del país, donde hay numerosos vestigios arquitectónicos del pasado.
Las primeras informaciones indicaron que el sismo sacudió con virulencia la aldea de Shimokitayama, en la provincia de Nara, y la ciudad de Shingu, en la provincia de Wakayama.
Aunque tampoco se produjeron víctimas mortales, sí hubo al menos cuatro heridos, entre ellos dos acciones de Kyoto, una de las provincias afectadas, junto a las de Shiga, Osaka, Gifu, Aichi y Mie.
También se interrumpieron los servicios de los trenes, incluidos los de alta velocidad, que pueden soportar mejor este tipo de sismos de gran intensidad.
El epicentro del terremoto de la tarde de ayer se localizó en el mar cercano a la península de Kii, añadió Kyodo.
La magnitud de estos sismos permitió que se sintieran en Tokio y Kanagawa, en el este del país, y en las provincias de Kagoshima y Osaka, en el suroeste de Japón.
En ambos casos, las autoridades niponas advirtieron sobre el riesgo de que se produjeran “tsunamis” en las regiones costeras sacudidas por los sismos, es decir, olas gigantes que pueden barrer la zona litoral hasta varios kilómetros al interior.
La situación de Japón, en un nudo de placas tectónicas del océano Pacífico, convierte a este país en uno de los más activos sísmicamente, de ahí la atención que se ha puesto en las últimas décadas en construir edificios seguros y “flexibles” a la acción de los terremotos.
No obstante, en la ciudad meridional de Kobe, cerca de seis mil 500 personas murieron en 1995 a consecuencia del terremoto de 7.2 grados que arrasó esa ciudad y la región colindante.